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2021-2
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2022-2
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2023-1
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2023-2
Esdras Torres
Alfonso Morales
Carlos Gómez
Raquel
Ortiz
Ana
Peña
Bacilio Hernández
Juan 21 es el capítulo que más aprecié en todo mi Entrenamiento, cada vez que lo leía venía luz consigo, que pareciera que todo concordaba con ese capítulo, aún antes de que viniera. Yo era ese “Pedro” que está ahí queriendo volver a trabajar después de haber recibido la revelación y se da cuenta que en el mar los peces no se acercan a él, que la
bendición terrenal no era lo suficiente.
De pronto, ven que toda la noche no pudieron pescar ningún pez y están desesperados turbados llenos de tristeza, desesperación; pero de pronto se aparece esta persona maravillosa, el Señor Jesús. Pedro entonces se echa al mar y nada hacia Él, posiblemente preparando un discurso de arrepentimiento, pero Él no lo deja hablar.
En cuanto llega le da de comer, así me sentí yo cuando llegué aquí, me sentí pastoreado y alimentado por Él en todo momento, y cuando el Señor llega a ese momento en que le pregunta si le ama, cada semestre, cada día, cada momento Él me preguntaba eso, y mientras me preguntaba en mi estancia en este entrenamiento, me di cuenta de mi amor carente hacia Él, de mi servicio carente hacia a Él, y mucho más de mi carencia en cómo pastorear. Pero simultáneamente estaba pasando algo precioso, que aún así con mis carencias, y con la visión de mi yo, El quiere que permanezca rodeado de mis hermanos, como una oveja con la vida y naturaleza del Pastor en mi ser, así que mi estancia en el entrenamiento, es un entrenamiento, a dejar que Su vida de Pastor, me llene por completo hasta pastorear según Su maravillosa Persona. ¡Alabado sea el Señor por esta gran luz, oportunidad y Su grande amor!
Esdras Torres−Mérida, México
Me mudé a Querétaro porque se me presentó un trabajo ideal para perseguir mi sueño: tener mi propia casa, un auto y formar una familia. Aunque avanzaba firmemente en cada meta y vivía cómodamente, en mi interior persistía un vacío, una sensación de insatisfacción. Sentía que era un vagabundo sin hogar y percibía que el Señor me estaba llamando, aunque no quería responder.
Dios, en Su soberanía, propició situaciones que agotaron mi fuerza, llevándome a buscarle. Así encontré la iglesia local. Recuerdo claramente esa maravillosa sensación al reunirme por primera vez: "Este es el lugar, aquí necesito estar". Desde entonces, me sumergí en la vida de la iglesia y experimenté a Cristo a través del amor y el cuidado de los hermanos.
Esto me cautivó profundamente, y el amor de Cristo me constriñó a responder. Sentí la necesidad de ser entrenado y vine al entrenamiento, no para agradar a nadie ni cumplir expectativas humanas, sino para entregarme completamente al amor constriñidor de Dios, buscando Su gloria. Aunque parecía una locura para mi familia, su amor y apoyo incondicional me permitieron seguir adelante.
Una de las experiencias más significativas durante estos semestres fue llevar el evangelio a los jóvenes universitarios en la UNAM. A pesar del cansancio y las dificultades, venir y compartir el evangelio con ellos me llenaba de gozo y alegría. Ver sus rostros iluminados con esperanza y fe hacía desaparecer toda frustración y esto aun me ayudo a perseverar cada semestre.
Cada sonrisa y lágrima de aceptación reafirmaban mi llamado y me recordaban el propósito por el cual el Señor me trajo a este lugar.
Durante el entrenamiento, experimenté intensamente el alumbrar del Señor. Él no solo iluminó y expuso mi verdadera condición, sino que, a través de cada lectura bíblica, estudio, clase, servicio y evangelio, me proporcionó el abundante suministro de vida, capacitándome para seguir adelante en cualquier situación, perfeccionándome y equipándome.
Agradezco profundamente al Señor por el privilegio y la bendición de haber estado en el entrenamiento. Mi gratitud también va a la Iglesia Local en Querétaro y a cada hermano por su pastoreo, cuidado y oraciones. A mi familia, amigos y ex compañeros de trabajo, les agradezco de corazón por su apoyo incondicional, sin el cual no hubiera sido posible completar este camino.
Alfonso Morales−Querétaro, México
Todo lo que creía ser no lo soy, y todo lo que yo no creía ser, lo soy. Le doy gracias al Señor que por medio de la Palabra expone mi carencia. El entrenamiento ha sido un tiempo de mucha luz con respecto al ser constituido con la Palabra y al forjar un carácter más apropiado para ser útil para el Señor. Le doy gracias al Señor y a la iglesia local que me envía por traerme hasta este punto de culminar esta maravillosa etapa de mi vida. Le doy gracias a mi mamá Patricia Ellis y a mi padrastro Evans Ellis que ha sido un papá espiritual desde que recibí al Señor a mis 13 años de edad. Ambos han sido unos guías apropiados en esta carrera cristiana. El Señor me ha bendecido al poder participar de esta maravillosa experiencia en el Entrenamiento de Tiempo Completo y poder compartir el mismo Cristo que he recibido con mis hermanos co-entrenantes siendo de otras ciudades de México, aún de otros países de la región de Centroamérica y el Caribe.
En el entrenamiento de igual manera he tenido modelos maravillosos (hermanos entrenadores) al ver cómo en su vida humana expresan al Dios vivo y verdadero. Son modelos que guardaré en mi corazón.
Cada experiencia que el Señor me ha concedido ha sido necesaria tenerla para poder avanzar y crecer en Su Persona. Oro al Señor para que después de este tiempo de "pre-entrenamiento" siga corriendo la carrera en estos años por venir y que este tiempo de perfeccionamiento no dé como resultado un beneficio personal sino más aún, pueda cooperar para que el Señor obtenga lo que se ha propuesto tener, el cual es edificar la iglesia como Su Cuerpo orgánico.
Carlos Gómez−Cd. de Panamá, Panamá.
Salmos 31:5 dice: En Tu mano están mis tiempos, con este versículo puedo comprobar que todas las cosas están en las manos del Señor, así en la familia en que yo nací, la escuela en donde yo estudié, aun la carrera que elegí. Siempre quise tener una hermana, pero el Señor me regalo 4 hermanos, aun así, nunca pensé que el Señor me traería al mejor lugar, en donde mi anhelo de tener una hermana se
haría realidad y hoy le alabo porque sus planes son perfectos y aquí estoy llena de gozo y alegría porque por Su misericordia no solo me concedió tener una hermana, sino 8, 15 y hasta 22 hermanas con las cuales pude correr durante estos 2 años, aunque muchas veces fueron difíciles para mí el poder vivir en tal entorno, estos 2 años el himno #301 llego hacer real para mí, porque han sido 2 años de proseguir, buscando la presencia del Señor día tras día.
Hoy doy gracias al Señor porque este es el mejor lugar y entorno que el Señor usó para mostrarme que, aunque yo me sentía muy capaz de hacer las cosas, cada día el Señor lo usó para mostrar mis carencias, que yo no soy nada, que no puedo hacer nada y que no tengo nada, pero que ÉL LO ES TODO.
Tal como a Pedro (Mt. 26:73₁), bajo la soberanía de Dios las circunstancias no le permitieron escaparse hasta haber sido probado en todos los aspectos, para que se diera cuenta de que era totalmente indigno de confianza y que ya no debía confiar en sí mismo, con cada experiencia me di cuenta que ya no me pertenezco, que solamente soy un cautivo de Cristo.
Cnt.6:3 ha llegado a ser tan real para mí, hoy puedo decir que soy de mi amado y mi amado es mío, pues Él, lo ha dado todo por mí, y me ha permitido elegir, esta libertad perfecta que no dejaré ir, por eso con gozo hoy le alabo.
Hago del himno#283 mi oración, “Que sigan otros la ambición, de abarcar el mar, visítame en tu gracia hoy y no te pido más. Este tiempo aquí ha sido para conocer más a mi Señor, para apreciarlo más y para amarlo más. Es por eso que hoy digo de nada digo, “es mío” aquí, lo rindo todo a Cristo. Dondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que tú habites, habitaré yo.
Raquel Ortiz−San Miguel Piedras Chidoco, México
Él se ha detenido para que yo pueda tener una relación amorosa con Él. Su amor me alcanzó en cada
semestre, por lo que fuí derramada y rendida a Él. Mi amado me llamaba y yo respondía… Tal vez en algunas ocasiones no era la respuesta que Él esperaba, pero yo sabía que tenía la oportunidad de volverme a Él. Esto fue de gran aprecio, pues tuve muchas nuevas oportunidades de escuchar a quien me ha amado tanto y a quien ahora yo amo tanto.
Cada semana dentro del entrenamiento era una experiencia que yo decidía estar en mi condición o solo detenerme para tener pausas para nuevos comienzos y para muchas nuevas conversaciones con Él, las cuales me mostraban que Él no es un Dios lejano, sino que es el Dios viviente dentro de mí. Así de cerca estuvo El Señor conmigo.
No puedo evitar entregarme a Él, amarle cada día mientras, pues Él me estaba perfeccionando; aprendí a vivir por Aquel quien conoce mi corazón y me ha llevado juntamente con Él al camino eterno; A quien consideraba y escogía en cada clase, servicio o en cada valle que se me presentaba, fue mi elección el invocar Su nombre, y confiar en Jehová.
Y mientras esto ocurría, Él se añadía como la vida orgánica en mí, se añadía como este elemento divino el cual me ha ido transformado y me ha llevado a solo depender de Él, y hoy puedo decir decir que vivo por causa de Cristo y la Iglesia.”
“Cuando todo nuestro ser es uno con Dios al amarle en comunión íntima, Él nos muestra en nuestro espíritu por medio de Su Espíritu todos los secretos del Cristo que es nuestra porción.” Nota 1 de 1 Corintios 2:10, SBVR.
Ana Peña−Monterrey, México
“Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” Ro. 9:16
¡Qué gran misericordia ha tenido conmigo! yo no crecí pensando en que vendría al Entrenamiento de Tiempo Completo, de hecho, ni pensaba si algún día conocería verdaderamente a Dios, pero qué gran misericordia ha tenido conmigo. “Porque el mismo Dios que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz” (2 Co. 4:6)”, es el mismo que resplandeció en mi corazón. Y le agradezco tanto que me haya rescatado de donde estaba. El venir al Entrenamiento de Tiempo Completo es una lucha muy fuerte, ya que el mundo te ofrece muchas cosas, pero puedo decir que el ser perfeccionado por Él, lo vale todo. “El secreto para ser entrenados es no tener miedo de cometer errores, fracasar, estar carentes
y que sus debilidades queden al descubierto; tienen que esforzarse al máximo por dejar ver sus errores para que puedan recibir el beneficio.” En el entrenamiento Dios utiliza todo para perfeccionarnos, vaciarnos de nosotros y llenarnos con El mismo. Día a día me llevó a Su palabra para salir de mí mismo y entrar en Él; Él ocupa cada clase, cada situación, problema, cada comunión, servicio y el vivir corporativo para abrirse paso en mí. Aún sigo aprendiendo el secreto de disfrutar a Cristo, sea cual sea mi circunstancia.
Y sé que Él me ha pastoreado hasta el día de hoy, y lo seguirá haciendo, todo lo que me ha pasado hasta ahora es Dios mismo acercándose a mí, a fin de volverse real a mí. Gracias al entrenamiento Dios se ha forjado más en mí, poco a poco su deseo llega a ser mi deseo, su mente, mi mente, su voluntad, mi voluntad. Ahora tengo una visión más amplia de Cristo y la Iglesia. Ahora su propósito es mi propósito.
Su amor me constriñe y no puedo evitar entregarle mi vida, El murió por mí, así que vale la
pena morir por Él. Sea por vida o por muerte, yo te quiero amar. (Ro. 14:8) “Cristo es el Hijo de Dios, quien murió para redimir a los pecadores y resucitó después de tres días. Esta es la verdad más grande del universo. Muero por mi fe en Cristo. Watchman Nee”.
Bacilio Hernández−Cd. de México, México
Josué
Martínez
Oscar
Melgar
Vanessa
Rodríguez
Vianey
Salais
El entrenamiento de Tiempo Completo es un lugar muy especial, durante estos dos años de entrenamiento he edificado una relación íntima y personal con el Señor; aquí he aprendido a desarrollar esta relación. También he aprendido a conocer el Cuerpo de Cristo; el Señor pone las circunstancias para que Él pueda laborar en nosotros de forma coordinada, tanto por dentro como por fuera. La vida de Cristo opera desde adentro, mientras que las circunstancias trabajan desde afuera. Las circunstancias externas trabajan en coordinación con el Espíritu Santo que mora en nosotros, y entre estos dos factores se halla un tercer factor necesario: nuestra cooperación. Para que la vida de Cristo se extienda de mi espíritu a mi alma, yo necesito cooperar para que la vida de Cristo pueda ser liberada en mi ser.
Venir al entrenamiento es la mejor decisión que he tomado. En mis primeras semanas de entrenamiento, cuando me encontraba en mi hombre natural, en mi mente, siempre estaba el pensamiento de: “dejé todo por el Señor”, y venían a mí todas las cosas que podía estar haciendo, pero con el paso de las semanas disfrute el himno #196, estrofa 3 “Qué ganga tu parte entregar por la totalidad’’. Me di cuenta que realmente no había dejado nada, todo lo que tenía o podía llegar a hacer no tienen ningún valor en comparación con lo que he ganado en este lugar. Fil. 3:7-8 lee: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
Roman Alvarado - San Pedro Sula, Honduras
Cuando decidí dar mi tiempo para el Señor en el entrenamiento, el motivo principal fue conocerlo a Él; pero, en este tiempo de dos años, Él me concedió ver algo más; Él me mostró quién era yo. Por un lado, me permitió verlo a Él, ver la preciosidad de Su vida en resurrección y apreciar que en Su corazón existe un deseo tan grande que lo ha llevado a hacer uso de todo Su ser. Desde ese momento, fue inevitable tener el deseo de vivir solo para esto, vivir para ver a mi Amado contento; Sin embargo, al mismo tiempo, Él sabía que era necesario poner al descubierto lo que yo soy, poner al descubierto mi corazón junto con sus intenciones, alumbrar mi mente y sus pensamientos y exponer la carne con sus concupiscencias; descubrir mi constitución no fue sencillo, sin embargo, indispensable, pues fue la causa de obtener la necesidad de la disciplina de Dios.
Ahora puedo comprender un poco más que si el Señor quita, si el Señor presiona, si el Señor expone o incluso quema, es porque en Su grande amor y misericordia, Él quiere hacer de hombres caídos y pecaminosos, hijos de Dios en gloria. Si este es el motivo de Su disciplina, solo puedo decir: ¡Amén, hazlo Señor Jesús!
El entrenamiento de tiempo completo cuenta con la atmósfera y las condiciones apropiadas para que la vida del Dios Triuno crezca en nuestra vida humana. Lo más normal que le puede suceder a un cristiano es que su vida natural de la vieja creación sea derribada y reemplazada por la vida divina-humana de Cristo. Sin embargo, en la caballerosidad de nuestro Señor, Él está en espera de nuestra aprobación.
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados”—He. 12:11.
Abdi Becerra - Coacalco, México
“En el camino de la consagración, muchas veces sufrimos dolor y pérdida, y sólo aquellos que frecuentemente tocan el amor del Señor, pueden encontrar dulzura en su dolor” La experiencia de vida, Capítulo 3, página 34.
Durante mi tiempo en el entrenamiento he recibido luz que ha expuesto lo que soy y me he dado cuenta que aún lo bueno o malo que hay en mí es parte de mi naturaleza caída y pecaminosa, así que, debo ir a la cruz, la cual no tiene como objetivo que sufra, más bien su objetivo es que muera. Al ir a la cruz encuentro dulzura en morir, pues mientras muero, Su vida de resurrección es impartida a mí supliendo toda mi escasez.
No necesito luchar, no necesito esforzarme, Su gracia es suficiente, y la gracia no significa que todo saldrá bien, la gracia es Dios en Cristo para nuestro disfrute. Al llegar a mi primer semestre pensaba que la gracia era que todo saldría bien, sin embargo, me di cuenta a través de algunas situaciones que no necesito que todo me salga bien, lo que verdaderamente necesito es que la gracia sea suministrada para que Cristo sea glorificado. 2 Corintios 12:9 “Y me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo extienda tabernáculo sobre mí”
Y mientras la gracia era suministrada, también pude experimentar el verdadero amor. Él amor no es un sentimiento como el mundo nos ha hecho creer, el amor es una decisión, y Él primero en tomar esta decisión de amarnos fue nuestro querido Señor “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero” 1 Juan 4:19. Él entregó cada gota de sangre por amor a nosotros, pagó el más alto precio ¿Cómo no amarle? No importa las circunstancias, Él me ama y yo le amo a Él y este amor cada día va en aumento. Cantar de los Cantares 8:7 fue tan dulce y real durante estos dos años “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, / ni lo ahogarán las inundaciones. / Si un hombre diera los bienes de su casa por este amor, / sería totalmente menospreciado”
Durante este tiempo hubo aguas que intentaron ahogar este amor, sin embargo, cada día solo he experimentado el amarle más, y tener la oportunidad de consagrarse al Señor; es un verdadero honor, esta historia de amores no termina en estos dos años, más bien, apenas comienza, por lo tanto, tomo la decisión de amar a mi Señor cada día de mi vida, amar a la iglesia y no salir libre.
Noelia Contreras - San Pedro Sula, Honduras
Ezequiel 36:26-27: “También os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros Mi Espíritu y haré que andéis en Mis estatutos, y guardaréis Mis ordenanzas y las pondréis por obra”.
Al tomar la decisión de venir al entrenamiento tuve varios conflictos internos. Dentro de ellos, sentía que principalmente no consideraba ser apto para venir. Pero el Señor me fue mostrando que no fue una decisión tomada por mí, sino que en realidad Él la tomó y pude venir por Su gran misericordia. En cada situación me mostró mi verdadero yo. Pensaba que al venir al entrenamiento solo lo conocería a Él, pero primero vi quién realmente soy. En ese momento se abrió el camino para que Él pudiera impartirse en mí de una forma que no había experimentado antes. Día a día, en cada situación, el Señor se depositó cada vez más en mí.
Así, Cantar de los Cantares 1:11 fue más real para mí en cuanto a mi experiencia: “Te haremos trenzas de oro / con tachones de plata”. Es en la vida de iglesia donde la transformación de los que aman a Cristo es llevada a cabo por el Espíritu transformador en coordinación con los miembros del Cuerpo que realizan la obra de perfeccionarnos. No sé cuánto de esta labor ha actuado en mí.
No sé cuánto he sido conformado a Su muerte, pero estoy consciente que este depósito dentro de mí ha aumentado. Sé que esta obra perfeccionadora me ha embellecido con el Dios Triuno, no de forma externa, sino cambiando mi constitución.
Esteban Ellis - Cd. Panamá, Panamá
Gá. 1:15: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por Su gracia”.
Ahora estoy consciente y convencido que el Dios de mis padres es mi Dios, tan real y subjetivo a mí. El cual me apartó desde el vientre de mi madre para ser solo de Él. Por Su misericordia, gracia y olor fragante me llamó y me atrajo a ir en pos de Él.
Dios tiene una voluntad, un beneplácito, el cual es Su economía, y nosotros somos parte de esta economía. Por eso Dios el Padre nos ama tal y como somos, tanto que Dios el Hijo se dio a Sí mismo para nuestra redención. Ahora volvemos a ser de Su posesión para el cumplimiento de Su economía.
El entrenamiento es para el cumplimiento de Su economía, es por eso que estoy agradecido con el Señor por haberme traído a Su entrenamiento, en el cual inicié mi perfeccionamiento para completar mi salvación orgánica y ser parte de Su economía. La mayor ayuda que el entrenamiento nos da, es el llegar a tener una relación íntima, profunda y genuina con nuestro Señor, nuestro amado Novio. Por medio de esta relación con Él, es que recibo de Su impartir para que Él lleve a cabo Su propósito en mí. Cada actividad del entrenamiento es una oportunidad para volvernos a Él, dándole el consentimiento para que Él mismo sea quien me renueve y me transforme hasta conformarme a Él.
Agradezco los velos que el Señor quitó en cuanto a este perfeccionamiento. Porque este entrenamiento no sólo es por dos años, es por toda la vida. Este perfeccionamiento no es sólo para mi vida cristiana, sino que es para Cristo y la iglesia.
Josué Martínez—Gómez Palacio, México
Antes de llegar al entrenamiento consideraba que podía hacer algo para el Señor. Y aunque sabía que el asistir al entrenamiento era por Su misericordia, todavía pensaba que al llegar aquí podría hacer muchas cosas en mí para complacer a mi Señor. Pero desde la primera semana que llegué a esta atmósfera, Él me mostró que yo no era y que Él debía ser. Con el pasar de cada semana, el Señor se iba revelando más y más a mí, pero al igual que Isaías, al verle a Él solo pude decir: “¡Ay de mí, porque soy muerto! Pues soy hombre de labios inmundos, y habitó en medio de un pueblo de labios inmundos, más han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”—Isaías 6:6
Crecí en medio de los hermanos en la vida de iglesia en mi localidad y creía, en cierta medida, conocer a Dios y tener una buena relación personal con Él. Sin embargo, al llegar al Entrenamiento de Tiempo Completo, con el pasar de las semanas, el Señor me mostró que aún no le poseía como mi Dios, Él era Él y yo seguía siendo yo. Sí, quería servirle y agradarle, pero aún lo hacía a mi manera y en mi capacidad. En esta atmósfera de abundante suministro me di cuenta que necesitaba tomarle como mi Señor, mi Marido, mi Cabeza y mi Rey en todo. Aún tenía muchos anhelos y deseos personales que ocupaban el lugar que le correspondía a Él, pero con el caminar de cada semestre Él ha depurado, sacando todo aquello que no correspondía con Él.
Entonces pude darme cuenta que aún amarle sin reservas, en mi corazón, es una decisión que yo tomo cada día y a cada instante. Lo que me llevó a entregar todo lo que había en mi corazón a Él, de tal manera que quedara espacio para Él. Entonces pude recibir aún más el suministro abundante que hay en esta esfera. He podido darme cuenta que el Entrenamiento de Tiempo Completo no es un lugar físico, sino una atmósfera en la que el suministro siempre está fluyendo y la luz resplandece constantemente, pero depende de mí apertura si recibiré el suministro y si dejaré que la luz resplandezca en mí. Así que aquí aprendí a abrirme a la luz y a vaciarme de lo que soy y tengo, para ser llena de Él. Aquí pude ver que a Dios no le interesa lo que haga en mi capacidad, sino lo que soy.
Saraí López - San Salvador, El Salvador
Saraí
López
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Becerra
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Contreras
Esteban
Ellis
Eder García
Le agradezco al Señor que me llamara al Entrenamiento y es por Su gracia y misericordia que estoy aquí. Fue un entrenamiento muy especial, siendo entrenada el primer año con mi familia en casa y mi familia en la localidad y, después, en el centro de entrenamiento de forma presencial, experimentando más gracia.
El Dios Triuno es una fuente inagotable, que conocí durante mi vida de iglesia antes de venir al entrenamiento. Sin embargo, no sabía qué hacer con lo que conocía de Él. En el entrenamiento le hallé, la sed en mí, Él sació. En mi primer semestre me mostró lo sumergida en el mundo que estaba y que la única fuente que me podía saciar era Él.
Las clases para mí en ese semestre fueron mi “logos” y “rema” que me fortalecieron, uno de los versículos que cambia mi vida es 1 Co. 15:45 “Así también está escrito: “Fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente”; el postrer Adán, Espíritu vivificante. Él en resurrección es el Espíritu vivificante para impartir vida. Este versículo no solo me acompañó ese semestre, sino estos dos años, saber que Él es vida, me cambia, cambia mis situaciones, mis frustraciones y mi vida.
En mi segundo semestre, comencé a ver cuán importante es que nuestro carácter sea apropiado, para edificar la iglesia, para servir al Señor así que en unas de las clases disfruté Jn. 7:37-39 y comprendí que el Espíritu que fluye es el glorificado Jesús en mí espíritu, que al comerle y beberle obtengo un poco más de Su humanidad apropiada. Así fue como comencé a orar-leer los evangelios para comer un poco más de la ofrenda de harina.
Mi tercer semestre fue una nueva experiencia en el entrenamiento al disfrutar de la porción especial de ser compenetrada con mis hermanas en las casas del entrenamiento. Sin lugar a dudas, aprendí en una de las clases que es necesario el quebrantamiento a fin de ser transformados, para ser piedras preciosas, el hecho de tomar la cruz, negarme a mí misma y seguirle a Él, esto me llevó a tener experiencias más profundas con Él.
Para mi cuarto semestre, las experiencias se hicieron más profundas y aunque no me percataba de lo mucho o poca transformación en mí, me di cuenta que deje de tener nervios al profetizar, que podía dar indicaciones a mis coentrenantes con más humanidad mientras limpiamos la cocina incluso en mi asignación al pasar lista. Una de mis experiencias más dulces fue invocar Su nombre en cualquier momento, situación y sin importar cómo me sienta. El himno #492 dice “Te hará uno con Él| y No serás igual. ¡Ni quisieras!" Las prácticas de vida aprendidas, desarrolladas, incorporadas en mí ser durante estos dos años son cruciales, son vitales.
Invocar Su nombre, avivarme, orar, es disfrutarle, es amarte a Ti Señor Jesús.
Gabriela Barragán - Cd. de México, México
Cuando conocí la vida de iglesia, una de las primeras cosas que escuché fue acerca del Entrenamiento de Tiempo Completo, y esto causó el anhelo en mi corazón de conocer este lugar. Sin embargo, mientras pasaban los años, más lejos lo veía, y comencé a caer en estado de conformismo. Llegué a creer que mi vida de iglesia era adecuada, pues, asistía a todas las reuniones, a todos los entrenamientos y conferencias que podía y estaba disponible para el servicio en la iglesia local.
Pero desde hace dos años, el Señor me ha estado mostrando que una vida normal de iglesia no depende solamente de las reuniones que tengamos externamente, sino que se basa en una comunión personal con Él. Antes de venir al Entrenamiento pensaba que con tener 7 o 10 minutos con el Señor por la mañana o hacerlo mientras iba de camino al trabajo era suficiente para vencer, pero no es así.
El semestre antes de venir, el Señor me hizo considerar qué era lo que realmente estaba en mi corazón, y me permitió ver que seguía ahí el anhelo de ser entrenada. Cuando lo comprendí el Señor me permitió hacer una oración que por mis conceptos religiosos no había hecho, la oración fue: “Señor, hace muchos años yo te hice un voto de consagración. En mi corazón aún está el anhelo, y por Tu justicia y fidelidad debes honrar mi voto. Tienes que llevarme al Entrenamiento.”
En agosto de ese año, mi oración fue contestada, y desde el primer día la estrofa uno de Himnos #232, comenzó a ser real para mí: “Hallé Aquel que es sin igual, / Me llena el corazón; / Por eso tengo que cantar, / ¡Qué Cristo tengo yo!” Desde entonces cada día he encontrado a Aquel que llena mi corazón. Mi oración ahora para el resto de mis días es seguir encontrándole y seguir cantando: “¡Qué Cristo tengo yo!”
Sharon Canizales - Cd. de Guatemala, Guatemala
Vine al Entrenamiento de Tiempo Completo buscando un mejoramiento personal en cuanto a mi carácter y en cada aspecto de mi vida. Pensaba que podía llegar a ser una mejor persona, pero a medida que avanzaba el Entrenamiento pude comprobar que mi concepto estaba por debajo de lo que el Señor quería ganar de mí. En el Entrenamiento de Tiempo Completo no nos dicen qué hacer, sólo nos proveen las herramientas necesarias con el fin de aprender a tocar al Señor, entrar en Su verdad, tener comunión íntima con Él y ejercitar nuestro espíritu. Además he aprendido a disfrutar cada tiempo que tengo con mi Amado, en los cuales, imparte Su persona misma en mi ser. Él me mostró que no necesito esforzarme en ser una mejor persona, sólo debo volver mi mente al espíritu y es ahí donde Él actúa, donde tiene la oportunidad para forjarse más y cumplir Su plan en mí.
En cada clase aquí el ser de Dios me fue revelado un poco más, pude ver la importancia del Cuerpo de Cristo, que son mis hermanas, los santos en cada localidad y la necesidad de aumento que tiene el Señor. Para eso me trajo al Entrenamiento a ser perfeccionada, para poder ser útil en Su economía. Por esta causa Él trató con mi carácter, para ensancharme y darme amplitud a fin de pastorear a muchas personas, ya que lo que Él desea es tener una expresión en la tierra.
Vine con un pensamiento muy particular, muy individualista, pero el Señor me mostró que hay algo más rico y disfrutable: el aspecto corporativo. Cuando yo me vuelvo a mi espíritu puedo ser una con todos los santos y disfrutar de esta buena tierra que tenemos. El señor me alienta solamente a esforzarme y ser muy valiente con la certeza de que no se apartará de mí Su palabra y al ocuparme en ella, Su vida llenará todo mi ser. Josué 1:9: "¿No te he mandado? Sé fuerte y cobra ánimo, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas.” Gracias a esta promesa es mi oración y deseo que las estrofas 3 y 4 del himno 188 sean mi experiencia:
“¡Quiero abandonarme/ A Su buen placer!/ Caminar la senda/ Donde anduvo Él;/ […] Completar Su gozo/ No mi voluntad. / Planes y deseos/ Los quiero esconder”
Daniela Domínguez - Cuernavaca, México
“E Isaías es muy osado y dice: “Fui hallado de los que no me buscaban;
me manifesté a los que no preguntaban por Mí”.”
Ro. 10:20
Nada es más elevado en el universo que conocer a Dios y, aunque Él es misterioso, decidió revelarse en el hombre. Antes de los dos años de Entrenamiento sabía que lo único que podía satisfacer mi corazón era Dios mismo, no sabía nada más. Él en Su infinito amor me llevó más profundo y alto en mi consagración. Hice promesas rotas y vacías durante toda mi vida, pero en este tiempo le insistí al Señor en medio de mis vacilaciones que me guiara a la realidad, que estaba sedienta y que ansiaba conocer la verdad.
Entonces Él vino como la luz y me permitió empezar de nuevo, porque las tinieblas iban pasando, y la luz verdadera comenzaba a alumbrar. Todos mis miedos y fracasos se desvanecieron y la luz vino para brillar y consumirme; Dios es un Dios de luz y la luz devora todas las tinieblas. En estos años entendí que la muerte no impide la resurrección y de hecho le abre el camino. El Entrenamiento me llevó a un sitio más alto con el Señor, libre de todos los afanes terrenales, me permitió descubrir un sitio más alto, más terreno por explorar. Mi camino apenas comenzaba y apenas comienza.
Dios tiene un anhelo y necesita llevarlo a cabo por medio del hombre, pero todo empieza con una visión, la cual el Señor está forjando en mí cada vez que me acerco a Él. Recibí una porción muy especial al dedicar todo mi tiempo a conocerlo; pero este es solo el inicio del viaje y es una travesía corporativa. Todo sea para que Él pueda cumplir Su plan y obtenga Su tan anhelada expresión, el Dios Triuno mezclado con el hombre tripartito regenerado, transformado y glorificado.
“Un abismo llama a otro abismo
ante el sonido de Tus trombas marinas;
todas Tus ondas y Tus olas
pasan sobre mí.”
Sal. 42:7
Martha Núñez - Tlalnepantla, México
“Y me dijo aquel varón: Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y aplica
tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque con este propósito has sido traído aquí, para que te sea mostrado. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.”
Ez. 40:4
Tratar de poner en palabras lo que he visto, oído y lo que se ha forjado en mi corazón a lo largo de estos dos años es imposible. El deseo de nuestro Señor y Su economía son tan profundos, que se requieren los sesenta y seis libros de la Biblia para darlos a entender. Durante estos dos años de dar todo mi ser para entrar en la verdad he podido ver un atisbo de las profundidades que hay en el corazón de mi Señor. Lo que he recibido no son palabras en blanco y negro, son alimento que me ha nutrido y fortalecido para poder avanzar un poco en la carrera que, como cristianos, corremos hasta el día que veamos al Señor cara a cara.
Venir al Entrenamiento, por mucho tiempo, no fue una opción para mí. Pero, el Señor en Su infinita misericordia fue forjando de una manera normal y gradual el deseo y la fuerza para hacerlo. Estos dos años han estado llenos de experiencias de Él, llenos de muerte, resurrección y ascensión por Su Espíritu en mi espíritu. Sin el Espíritu del Señor en el nuestro, no hay realidad de nada. En medio de lo que estuviese viviendo, pude encontrar el suministro en la gracia del Señor que está en mi espíritu. Al tomar la decisión cada día de ejercitar mi espíritu, he conocido una realidad nueva y comencé a aprender a ser guiada por la unción. Además, pude ver un poco del Cuerpo, aprender a tener comunión constantemente con hermanos con más experiencia y a abrirme a la comunión que, sin duda alguna, es lo que me sostuvo estos dos años.
Tengo la firme certeza de que el Señor está cerca, por lo tanto, no hay otra opción racional más que dar todo mi ser para amarlo cada día, permitirle hacer Su hogar en mi corazón para que pueda ser edificada junto con todos los santos en la novia que Él anhela ver lista para poder regresar. Si vine al Entrenamiento es por esto: para que el deseo de Su corazón pueda ser satisfecho.
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Paulina Núñez - Tlalnepantla, México
“a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y colmado de gloria”
1 P. 1:8
Ciertamente es un misterio amar a quien no hemos visto, pero un día me encontró el Dios verdadero y lo poco o mucho que me mostró fue suficiente para entregarle no sólo dos años, sino toda mi vida. Cuándo recibí al Señor Jesús, recibí lo más hermoso en todo el universo. El Espíritu vino a mí, haciendo que me sintiera atraída por Cristo, hasta enamorarme de Él de modo que abandoné con gozo lo poco que tenía para ir en pos de Él. Gn. 24:58: "Llamaron, pues, a Rebeca y le dijeron: ¿Irás con este varón? Ella respondió: Sí, iré." Sin esperarlo, un día vino el susurro del Señor y dije: “Sí, iré, no te he visto, no sé la magnitud de lo que es ser salva en Tu vida pero estoy aquí dispuesta a entregarte mis amores”. Conocer Su propósito le ha dado sentido a mi vida, de modo que ya no carece de significado. Ver lo que hay en Su corazón desplazó mis deseos y planes, los cuales no se comparan a la imagen gloriosa que he visto. Durante este tiempo se me ha revelado que toda la Biblia es como un anillo que tiene incrustado una piedra preciosa: Cristo. Él ha sido real, todo lo que yo necesito Él lo es, si yo necesito consuelo, Él es mi Consolador, si yo necesito un Padre, Él lo es y por Su misericordia no ha dejado que desfallezca mi alma. Ahora mi ciudadanía está en los cielos, de donde espero con anhelo que Él vuelva. El Jesús maravilloso, quien está entronizado en los cielos y coronado de gloria y de honra, es la mayor atracción que existe en el universo. Si no tuviéramos una persona tan atractiva, ¿Cómo podríamos dejar de mirar tantas cosas que nos distraen en esta tierra? (He. 12:2, nota 2).
Andrea Pérez - Tlaxcala, México
Estoy muy agradecida con el Señor por haberme traído a este lugar donde he recibido mucha luz y revelación. He podido ver que Él es el Dios soberano, el cual me predestinó desde antes de la fundación del mundo, cuidó e hizo que todas mis circunstancias cooperaran para que pudiera venir y aún, hizo posible que por Su gracia y misericordia terminara estos dos años y sé que Él terminará la obra que ha comenzado en mí. Muchas veces me desanimaba, pero me dí cuenta que no estoy aquí porque yo quiera o porque sea muy capaz, sino por una Persona real, maravillosa y viviente, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí (Gá. 2:20). En estos dos años Él ha ganado mi corazón y puedo decir que yo también le amo, por tal motivo, deseo consagrar no solo estos dos años, sino toda mi vida a Él.
En este tiempo el Señor se ha hecho mucho más real para mí, y el deseo que hay en Su corazón, el cual es Su iglesia, cada día ha llegado a estar más en mi corazón. Él me ha mostrado Su necesidad, Él necesita personas que estén de Su lado para cumplir Su propósito. Algo que me ha impactado es ver que Él, siendo Dios, necesita la cooperación del hombre debido a que actúa mediante el principio de encarnación. Él me mostró que necesito estar abierta y dispuesta a cooperar para que pueda cumplir Su propósito.
Vine al Entrenamiento para adquirir una visión de la economía de Dios y ahora puedo decir que la he visto. Anhelo que toda mi vida pueda ser regida por esta visión y que mi experiencia pueda ser como la del apóstol Pablo en Hechos 26:19: “Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial”. En el Entrenamiento recibimos la verdad más elevada, pero deseo que cada día pueda practicar todo lo que el Señor me ha mostrado. Ahora puedo decir que estos dos años no han sido en vano, porque mi vida ya no está vacía sino que tiene un propósito y una meta: la economía de Dios, que es lo único y más importante en todo el universo.
Laura Pérez - Celaya, México
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”
Mr. 12:30
Este fue el principio más valioso que recibí de mis padres, amar al Señor, pero llegó a ser mi experiencia en este lugar. El centro de Entrenamiento de tiempo completo es el lugar más precioso en el que un joven puede estar, aquí pude experimentar más al Señor, de una manera más cercana y real. Durante estos dos años aprendí que el Señor desea que lo ame con todo mi corazón y con toda mi alma y con todas mis fuerzas, sobre todas las cosas y en cualquier circunstancia.
Experimenté cimas y valles, tuve muchos tiempos de disfrute y gozo, por medio del suministro de las clases, en los tiempos corporativos, en los tiempos personales, en los tiempos de estudio. También experimenté atravesar por valles, pero tengo la certeza de que el Señor tomó cuidado de cada situación durante mi entrenamiento, se infundió en mí como la fe, para verlo a Él, confiar en Él y en Su poder, en lo que Él puede hacer. Lo pude experimentar como mi Pastor, como mi Consolador y como mi fortaleza, lo vi operando y cuidándome a través de los hermanos, de mis compañeras y de mi familia. Durante estos dos años mi amor y aprecio por el Señor, por Su Palabra y por Su obra han sido aumentados. Le doy gracias al Señor por haberme concedido el privilegio de ser entrenada.
Stephani Sandoval- Naucalpan, México
Andrea
Pérez
Laura
Pérez
Stephani
Sandoval
Gabriela Barragán
Sharon Canizales
Daniela Domínguez
Martha
Núñez
Paulina
Núñez
Carolina Saucedo
Elizabeth Serrano
Abdi
Timoteo
“Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Ro. 9:16
¡Su misericordia me trajo aquí! Todo cuanto había hecho era una pérdida, por lo que solo Él podía redimir ese tiempo perdido. Inicié este periodo de la carrera viendo mi escasez, mi necesidad de Él, pero aún esto es demasiado bajo, individualista. Día a día Su suministro constante me permitió ver que la consumación de Su deseo es una entidad corporativa. Así que el entrenamiento proveyó el entorno necesario para mí, bajo Su soberanía, con cada experiencia, con cada una de mis hermanas, sus porciones era lo que necesitaba.
“Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación,” Fil. 1:19, ha llegado a ser mi experiencia, por medio de una situación inesperada para mí, las peticiones de Su Cuerpo y la abundante suministración del Espíritu fueron mi sostén, mi abastecimiento continuo para poder continuar corriendo la carrera, con una meta, ganar a Aquel que es el todo y en todos. No puedo calcular cuánta apertura causó en mí, solo sé, que mi oración es que Él me capacite para abrir todo mi ser a Él.
Tal circunstancia quitó otro velo, permitiéndome ver que mi vida entera debe estar consagrada a Él. Dejándome conocerle como mi Señor y mi amo. Mi responsabilidad es ser llena del Espíritu, disfrutándole, buscando Su sonrisa, y vivir para servirle – es lo que nos muestra Mt. 25, la necesidad de velar y ser fiel, porque el Fiel vive en mi espíritu. Él es mi modelo y determinación para decirle te amo mi Señor, libre no saldré.
Este tiempo mi vida ha sido revolucionada, realmente es una ganga entregar mi mínima parte por la totalidad. “Así que, hermanos, yo mismo no considero haberlo ya asido; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,” Fil. 3:13
Estoy en el proceso de transformación para ser conformada a la imagen del Hijo primogénito de Dios, es nuestro destino trazado en la eternidad.
Todos somos de tiempo completo para el Señor, ésta es la clase de consagración que tenemos.
Lesly Hernández - Cd. Panamá, Panamá
Por Su misericordia el Señor me trajo al Entrenamiento y durante estos dos años lo que me ha mantenido ha sido Su gracia, la gracia, quien es Cristo mismo, aquel que puedo disfrutar en grandes y pequeñas tribulaciones. ¡El Entrenamiento de Tiempo Completo realmente hace la diferencia! Mi concepto era que este tiempo era para mí beneficio personal, pero se me fue revelado que estar aquí es en realidad para el Cuerpo de Cristo.
Agradezco al Señor que aun siendo joven me llamó a esta oportunidad de oro, donde he sido guardada, perfeccionada, para serle útil a mi Amo. Hoy nos encontramos en una era donde está todo perdido, roto y distorsionado, por lo tanto, para mí, el Entrenamiento de tiempo completo es ¨redimir el tiempo porque los días son malos” (Ef. 3:16).
Mi amado Señor me sacó del lugar en el que estaba y me trajo a Cristo, Él estaba viajando a la Nueva Jerusalén pero en Su camino se desvió por mí, para rescatarme y llevarme junto con Él, ya pagó un precio por mí, así que ya no me pertenezco ¡le pertenezco a Él!, “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o qué muramos, del Señor somos”. (Ro. 14:8) ¡Soy del Señor! ¡Oh qué inefable gozo! (Himnos, #184, estrofa 1). Yo soy de mi Amado y Él mi amado es (Himnos, #94, estrofa 2).
Estos cuatro semestres han marcado un antes y un después en mi vida de iglesia y también en mi vida personal, ahora solo debo cooperar con el Señor, al renovar mi consagración cada día y nunca graduarme de comer, beber y respirar y sobre todo vivir atenta a Él.
Vianney González - Cd. Valles, México
El llamado que Él me hizo hace dos años, no fue sencillo de responder. Mi vida estaba sumergida en un cúmulo de planes y no estimaba el Entrenamiento como algo que meritaba pagar tal precio. Pero en Su misericordia, una pequeña apertura en mi ser, fue lo único que necesitó de mi parte y el resto lo hizo Él. Pareciera que me había quedado sin nada, pero en realidad estaba comenzando a ganarlo todo.
El recibir tal bendición de que mis ojos fueran abiertos para Él, ahora puedo decir: es la mejor decisión y la mejor experiencia de mi vida.
Cuando se nos aparece el Dios de gloria somos cautivados y solo podemos amarle, pero una vez que somos introducidos en la esfera de amor; el Señor tiene que seguir alumbrando los ojos de nuestro corazón para ver la visión, y no nos muestra quién es Él solamente, también nos da a conocer lo que hay en Su corazón. En Su corazón está la iglesia, Su novia. El romance divino dejó de ser una experiencia únicamente personal y ha comenzado a ser corporativa, no sólo se trata del Señor y yo; se trata de Cristo y la iglesia.
Dos años mirando a cara descubierta a la persona más excelente, maravillosa y amorosa me han bastado para entregarle mi vida y todo mi ser. Aprendí a amarle cuando aún mi ánimo no era el mejor, aprendí a orar en medio de las actividades cotidianas para depender de la verdadera fuente de vida, aprendí que sin comunión la vida no fluye y que Su sangre es suficiente en el fracaso. Aprendí que abrirme al Cuerpo es una manera de recibir luz. Aprendí que Dios es vida, la verdadera vida.
Ahora vivo con propósito, el propósito que había estado escondido desde los siglos en Dios pero que ahora ha sido dado a conocer… en el espíritu.
“Vuelve tus ojos a Jesús, / Mira fijamente Su maravillosa faz, / Y lo terrenal se volverá extrañamente opaco, / A la luz de Su gracia y gloria” Hymns, #645. Traducción provisional.
“Por tanto nos empeñamos también, sea en este domicilio o fuera de él, en conseguir el honor de serle agradables”. 2 Co. 5:9
Elizabeth Becerra - Coacalco, México
Lesly Hernández
Vianney González
Elizabeth Becerra
Marlon Banegas
Jacqueline Castro
Daniel De Los Ríos
Nusly
Mejía
Daniel Guevara
Elba
Morán
Jaqueline Ponce
Antes de venir al entrenamiento tenía muchos caminos por recorrer, muchas metas por alcanzar, pero Dios no estaba en mis planes, durante mi primer semestre nada cambió, pero a medida que iban pasando los semestre en el entrenamiento, mientras me sumergía en la palabra, mientras más oraba, más permanencia en la presencia de Dios, mi espíritu se mezclaba con Espíritu del Señor.
Recuerdo que muchos entrenantes mencionaban su experiencia acerca de sus dos años de entrenamiento y expresaban que al venir al entrenamiento era un centro de enamoramiento del Señor, ahora puedo testificar que es así, muchas veces no quería ejercitar mi espíritu, pero al ver a mis co-entrenantes que se ejercitaban, provocó que me ejercitara y era levantado solo con el invocar el nombre del Señor y amará más al Señor.
El Señor Jesús ha mostrado que solo debo tomar un solo camino, y el camino que debo tomar, es negarme a mí mismo y abrazar la cruz del Señor Jesus; al principio fue una lucha constante, mi alma deseando hacer las cosas que a ella le parecía correcto, pero cada día tuve la oportunidad de tomar la cruz y sigo aprendiendo a negar la vida de mi alma, este principio lo vi vemos en Mt. 16:24.
Venir al entrenamiento es una oportunidad única, cada día ganamos una pepita de oro, ganamos más Cristo y Cristo gana más de nosotros.
En muchas ocasiones Satanás me lanzaba dardos en mi mente y me ponía en contra de mis hermanos, sentía que todo estaba en contra de mi, pero el Señor prepara y usa nuestro entorno, para que nuestro corazón se vuelva al Señor y el velo sea quitado.
En mi último semestre mi libro favorito fue Salmos, cada vez que entraba en este libro maravilloso, mi corazón era quebrantado y consolado, en cada Salmo que leía Dios me abraza veía que Su benevolencia amora es ilimitada y mi corazón se mantenía firme y así me concede de Su gracia, sin darme cuenta Él estaba operando desde mi interior para sacar todo la basura que está en mi corazón.
Ahora tengo la certeza que El Señor me enseñará el camino que he de tomar, me aconsejara y Sus ojos están puestos sobre mi.
Marlon Banegas—San Pedro Sula, Honduras
Hallé Aquel que es sin igual
Me llena el corazón;
Por eso tengo que cantar,
¡Qué Cristo tengo yo!
Agradezco al Señor que me apartó desde el vientre de mi madre, para ser perfeccionada. Venir al entrenamiento fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Buscaba consuelo y refugio y nunca me imaginé que el Entrenamiento fuera mi salvación, mientras pasaban los días me daba cuenta de la necesidad de amar a mi Señor. Aquí aprendí a hallar a mi Amado; en cada clase, en cada tiempo de estudio, en los tiempos de oración, me enamoraba más y más de Él.
Vine a conocer quién es Él, pero no solo lo conocí a Él, sino que también me conocí, me di cuenta que mi vana manera de vivir no le es útil para edificar Su Cuerpo, así que me dio situaciones para experimentar el quebrantamiento de mi yo, pero en medio de cada experiencia suministraba Su gracia y Su amor. Hechos 20:24 “Pero de ninguna manera estimo mi vida como preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera, y el ministerio que recibí del Señor Jesús para dar solemne testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. No vine a buscar algo que no fuera al Señor mismo, vine a ser entrenada para ganar a Cristo y dar testimonio a toda hueste celeste de que hay un único Dios.
Me ofrecí voluntariamente al Señor por causa de Su mover, y cada día Él me mostraba Su necesidad, así que me aferraba a Él para seguir corriendo esta carrera, aunque Satanás intentó distraerme de muchas maneras, aprendí a acudir al Cuerpo, porque Satanás le teme al Cuerpo.
Anhelo que todo lo que recibí de parte del Señor no se quede en el Entrenamiento, sino que sea real en mí para el resto de mi vida.
Jacqueline Castro—Coacalco, México
Lo que considero más valioso en estos dos años en el entrenamiento es haber conocido el camino de la comunión. He sido muy bendecido al entrar en este camino en donde puedo disfrutar del fluir de la vida en cada hermano. “La comunión mi espíritu ama” (Himnos, #362). También he visto modelos en la vida de hermanos que nos comparten la rica palabra de Dios lo cual ha puesto un deseo en mi interior de imitar su fe como dice He. 13:7 “Acordaos de vuestros guías, que os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imitad su fe”.
Se me ha presentado y aclarado semana tras semana una visión en cuanto a la economía de Dios. Esto es un tesoro invaluable que anhelo guardar toda mi vida. Ahora al leer la Biblia tengo una visión que me regula y me dirige.
Al venir aquí tenía el deseo de ser perfeccionado por causa de la iglesia y pensé que aprendería a hacer las cosas de una mejor manera. Pero me he dado cuenta que mi mayor problema no es el hacer sino yo mismo. A través del entorno Dios desea consumir lo que soy para que lo más puro de mi ser, mi espíritu, sea liberado. Solo así Él puede hacer de mí la persona que necesita para Su iglesia. Todo lo que me sucede es para lograr este fin. La visión me ha ayudado a entender esto y dar gracias al Señor y aun amarlo por el entorno que me prepara cada día para ver que debo ser terminado y cuanto le necesito.
En mis días ordinarios, ahora sé que, aunque pareciera que nada está sucediendo, Él se está impartiendo, haciéndome igual a Él a través de todas las cosas. Puedo descansar de este hecho y venir a Él a simplemente amarlo y disfrutarlo.
Daniel De Los Ríos– Arraiján, Panamá
“Yo sé que todo lo que Dios hace, será para siempre; no hay nada que añadir, ni nada que quitar. Dios lo ha hecho así…” Eclesiastés 3:14
El hecho de contemplar el Entrenamiento de Tiempo Completo personalmente fue una experiencia prodigiosa; ir en pos del Señor se convirtió en una travesía que incluyó muchas experiencias espirituales que sin duda han quedado muy grabadas en mi corazón.
Indudablemente el venir aquí ha sido la decisión más sensata que he tomado en lo que va de mi vida y la que más peso tendrá sin duda alguna; y sé que será una experiencia para la eternidad. El Señor en Su misericordia me trajo aquí, su tercer y cuarta misericordia me alcanzó, y es inimaginable pensar que dentro de millones de personas, Sus ojos fueron puestos en mí, una persona con muchos deficiencias, carencias, flaquezas y fracasos, pero fue ahí cuando estaba en el punto de mi vida donde pensé que no le podía servir, Él se inclinó a mí, oyó mi clamor, y me llamó desde la fosa más profunda, y sin dudarlo tanto, respondí a lo que Él me mandaba, aun con miedo de lo que podía ser consagrar mi vida, proseguí, aparte mi mirada de todas las cosas a mi alrededor y los puse solamente en El (He 12:2).
Fue un tiempo donde mi Fe referente a Dios aumentó, donde también pude imitar la fe de mis antepasados, donde el Dios de gloria se apareció a mí en todo momento y me bendijo con Su gracia, presencia, pastoreo y amor, fue por estas experiencias que supe que yo vivía por causa de Él, y fue así que puse a un lado todo lo que yo deseaba hacer con mi vida, y comencé a hacer Su voluntad, aprendiendo a ser un instrumento útil para Su recobro.
El asistir al Entrenamiento no fue para mi superación personal, ahora queda muy claro que fue para complacer el deseo del corazón de Aquel que ama mi alma.
Nusly Mejía—San Nicolás, Honduras
Quiero comenzar este testimonio con la palabra que me dijo mi mamá cuando estaba más joven, aún estando en el catolicismo. Me contó que cuando nací, ella me consagró al Señor con el fin de ser un sacerdote dentro del catolicismo, y hermanos lo soy, pero no en esa esfera, sino que hizo de nosotros un reino, sacerdotes para su Dios y Padre;... Esa oración estuvo alineada con la voluntad de Dios, ahora doy gracias al Señor que estoy aquí, siendo perfeccionado.
Los hermanos en la iglesia en Puebla me vieron crecer desde que tenía 16 años me recibieron y me cuidaron en las reuniones, eso me preservó para que yo prevaleciera en la vida de iglesia un día en una conferencia viendo a los entrenantes cantando camino a la presentación, una hermana de edad mediana me preguntó y me dijo: " ¿A ti no te gustaría ir al entrenamiento de tiempo completo?" Lo cuál mi respuesta inmediata fue un “sí”, desde ese entonces tuve presente el Entrenamiento de tiempo completo en México, al culminar la universidad el Señor por medio del pastoreo de algunos hermanos el Señor me preservó y no me llevó a desanimarme, si no a proseguir a ir en pos del Señor y Su voluntad ahora durante mi primer semestre el Señor me abrió los ojos en cuanto a ver el Cuerpo de Cristo y al ver la función de cada uno de los miembros de este Cuerpo.
Durante el segundo semestre el Señor me mostró que Su Cuerpo tiene que ser edificado y para ello debemos funcionar como lo vi en mi primer semestre, pero para ser edificados no solo basta con nuestra función, sino que necesitamos ser tratados en todo lo natural que soy, para ser un miembro edificable, así que me mostró y me dijo: nada natural me sirve de ti, yo necesito ser forjado en ti. Durante mi tercer semestre me mostró que no debo anhelar la función de otros miembros al sobre funcionar o reemplazar su función. Ahora durante este tiempo y último semestre, veo que sin el cuidado de cada uno de ustedes, yo no estaría aquí, sin sus oraciones y pastoreo, así que aprecio su cuidado en este tiempo de cada uno de ustedes. También aprendí durante este tiempo el tener comunión y compenetración con ustedes, eso me llevó a apreciar más la vida de la iglesia.
Dios tiene un deseo en Su corazón y aunque parece ser muy repetitivo es algo muy crucial, porque el Señor ha dispuesto las circunstancias, el entorno, la familia en la cual nacimos para que Él me santificará y me llamara para venir a ser perfeccionado y así conocer lo que hay en Su corazón. Sé que el camino sigue para conocerlo por el resto de mi vida y así continuaré buscando al Señor de esta manera.
Daniel Guevara—Puebla, México
Por la misericordia de Dios vine al entrenamiento de tiempo completo en México. Considero que el hecho de ser entrenada y equipada para poder ser llena de las inescrutables riquezas de nuestro Dios Triuno, es una oportunidad única y de naturaleza divina y mística en todo el universo. Pero esto no es para mi propio beneficio, sino para Su beneficio y Su deseo de que Su Cuerpo sea edificado.
En el entrenamiento he llevado una vida y un vivir corporativo, en donde estoy aprendiendo a coordinar con otros, para poder servir en unanimidad. Además me he dado cuenta que en el vivir corporativo, en algún momento yo me he convertido en la cruz de otros, pero otros también se han convertido en mi cruz, finalmente el Señor muestra que es Él quien permite estas circunstancias, para que aprenda a verlo a Él, pues es necesario que el Señor nos pase por diferentes tratos, porque lo que ganamos y lo que Él nos deja ver aquí, es la revelación más elevada y única en el universo, a saber la economía de Dios. Por Él y Su economía vale la pena consagrar una o mil vidas si las tuviéramos, no sólo por dos años, sino por el resto de nuestra vida.
También he experimentado que cuanto más dispuesta esté a negar mi yo, aplicar la cruz y ejercitarme en mi espíritu, más terreno tiene Él para edificarse en mí, así que debo permanecer como un vaso abierto para que se cumpla Gálatas 4:19 que Cristo sea formado en mí. Además en estos dos años el Señor me ha pastoreado, por medio de la función de cada miembro de Su Cuerpo, porque sin darme cuenta y sin conocer a muchos hermanos, ellos a través de sus oraciones, y de muchas maneras prácticas, me han suministrado la abundancia del Espíritu de Jesucristo.
Finalmente El entrenamiento ha sido un tiempo especial, en el que he conocido un poco más a mi Señor y donde Su luz ha resplandecido de manera intensificada, dejándome ver que soy nada y que Él lo es todo y que nada se compara con el hecho de ser entrenada en el entrenamiento de Aquel que con gozo dio Su vida por nosotros en una cruz.
Elba Morán—Santa Ana, El Salvador
Romanos 10:20 dice: "E Isaías es muy osado y dice: Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por Mí”. Durante muchos años de mi vida, me guié por mis propios caminos, tomé decisiones sin consultar a Dios. No buscaba Su presencia ni preguntaba por Él. A pesar de eso, el Señor me mostró Su amor, gracia, misericordia y cuidado en cada paso y etapa de mi vida. Incluso en momentos en los que avergonzado, me alejé de Él.
Es evidente que gracias al cuidado que Dios brindó a través de mis padres, quienes me enseñaron acerca del Señor desde mi infancia, y por su infinita misericordia, llegué al Entrenamiento de Tiempo Completo en México.
Nunca asistí a ninguna escuela de verdad, conferencia o supe de la existencia de dicho entrenamiento. El Señor se vio en la necesidad de atraerme hacia Él para mostrar la vaciedad del mundo en el que me encontraba, y que volteara mi mirada hacia Él y hacia lo que hay en Su corazón. Di dos años de mi vida, los cuales ahora sé que no son solo dos años, sino el resto de mi vida, para seguirle a Él. Pensaba que fue mi decisión, pero ahora comprendo que es por Su misericordia que llegué al entrenamiento, y por la misma que lo culmina, y es lo mejor que el Señor pudo darme: la oportunidad de conocerlo, amarlo, ser constituido con las verdades divinas y reconocer la urgente necesidad de cumplir Su economía. ¡Qué economía tan maravillosa!
Los beneficios que obtuve en estos dos años espero que sean para mi vida y la de mi familia, pero aún más deseo que sean de beneficio para la iglesia. Aunque me considero el más pequeño de todos los santos, quizás el menos capacitado, la gracia me ha sido concedida para proclamar las inescrutables riquezas de Cristo. Simplemente estaré eternamente agradecido con el Señor por tan maravillosa bendición.
Israel León—Cancún, México
El Señor tuvo misericordia de mí, me permitió venir a este lugar. Romanos 9:16 dice: “Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. Este versículo se hizo real a mí en este tiempo de Entrenamiento. Al igual que 1 Corintios 15:10 que dice: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia para conmigo no ha sido en vano...” Él se convirtió en todo lo que necesitaba, cada día me suministro de Su rica y abundante gracia.
He tenido días en que ciertas situaciones me han desanimado, pero el Entrenamiento me ha enseñado que puedo tornar esas circunstancias en experiencias que le permitan al Señor cumplir Su propósito de avanzar día tras día. Ciertamente el Señor ha ganado en mí y he ganado de Él, de manera que ya no soy la misma de hace dos años. En mi vivir diario Él se me ha aparecido de manera que he sido fortalecida. Cada día El me atrae, Él es lo más precioso y lo más hermoso, cada día Su dulce y tierna voz me dice que me ama.
Que misericordia ver al Dios que se esconde, Él ha estado obrando detrás de la escena de manera misteriosa, yo lo único que puedo hacer es abrir todo mi ser a Él y amarlo locamente. Él me recuerda que soy un Dios-hombre que se está mezclando con Él, en cada circunstancia, y en cada arreglo que Él ha dispuesto.
Jaqueline Ponce—Tegucigalpa, Honduras
Israel
León
Issac
Gutiérrez
Ana
Sánchez
Juan Carlos
Serrano
Dulce
Arriaga
Toda mi vida crecí creyendo que Dios era lo más importante, que Él tenía un propósito, y deseaba agradarlo. Pero aun así mi vida carecía de Dios mismo, para mí era el “DIOS NO CONOCIDO” (Hch. 17:23). Todo lo referente a Dios era un misterio oculto ante mis ojos. Pero el Señor es fiel a pesar de nuestra infidelidad, pues preservó en mi corazón el deseo de venir aquí. Verdaderamente Él es el “Rey de los siglos, incorruptible” (1 Ti. 1:17).
Todos mis conceptos carecían de la luz verdadera, pero desde el primer día que llegué aquí el Señor se me apareció y resplandeció en mi corazón (2 Co. 4:6). Me rescató de las tinieblas que me cegaban y me condujo a buscarlo desde el primer día. Lo primero que me mostró fue Su inconmensurable y eterno amor, Su larga espera y el gran precio que pagó a fin de unirnos a Él y revelarse a nosotros, junto con Su anhelo de que vivamos una vida amorosa juntamente con Él, siendo Él nuestra única satisfacción (Cnt. 2:4, 16). Esto fue la base que sostuvo todo mi entrenamiento día tras día. Pero sobre todo aquí Él me habló y operó en mi entorno de modo que Su persona, deseo y propósito se hicieron algo muy real y precioso para mí en cada pequeño detalle de mí vivir cotidiano. Así pudo mostrarme lo maravilloso y precioso que Él es, lo que hay dentro de Su corazón, así como mi egoísmo, que nada que provenga de mí le sirve, cuanto me hace falta ganarlo, que Él siempre desea llevarnos a algo más elevado y profundo, y que esta carrera a la cual me introdujo no es solo para mí.
A pesar de ser el Creador y poseedor de todo el universo, Dios no ha hallado una morada para descansar, ser satisfecho y expresarse hasta el día de hoy (Is. 66: 1-2). Vi que Él no solo me desea a mí, sino el hacerme parte de un organismo vivo con todos los creyentes. Aunque el Señor me mostró mi total incapacidad, Él desea mi cooperación y ha puesto Sus ojos en mí. Este propósito eterno es la intención más elevada, noble y significativa del universo, pero para Él comenzó como un sueño en la eternidad (Ef. 1:9; 3:9, 11). El entrenamiento implantó en mí el deseo de no cumplir mis propios sueños, sino ocuparme del único sueño que es la razón de mi existencia y entregar todo los días cada fibra de mi ser para la economía eterna de mi amado Señor Jesús. Es en esta esfera que deseo vivir el resto de mi vida. “A Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén” (Ef. 3:21).
Issac Gutiérrez— Chihuahua, México
Hoy, agradezco al Señor que me permitió dar ese paso de fe, que me cambió la vida. Cuando más necesitaba una dirección y un rumbo, el Señor trajo el Entrenamiento de Tiempo Completo en México. Si me hubieran contado que yo iba a fortalecer mi tiempo personal con el Señor, que iba a amar con un amor diferente a la iglesia, que mi carácter iba a ser tratado, y que la oración iba a ser mi mejor aliada, no les hubiera creído, porque yo creía que mi vida de iglesia era buena y no necesitaba alguna mejora. Me consideraba una persona “buena”, sin embargo, con el paso de los semestres, me di cuenta que el mundo está lleno de personas “buenas”, queriendo hacer muchas obras, pero sin Cristo, y yo era una de ellas.
El Señor tuvo misericordia de mí, y me permitió tener la porción de dos años en el entrenamiento, lugar que para mí fue una escuela, un hospital y un hogar, dónde mi ser tripartito fue renovado.
Durante este tiempo me di cuenta de quien realmente era y cuál es el propósito de cada uno de mis días, esto es, cumplir la Economía de Dios en la tierra, no saliendo como una súper hija, súper hermana, o súper persona, sino siendo una cristiana normal, que vive días ordinarios bajo la impartición divina, esa es la diferencia. El tener este vivir, no depende de mí misma, depende de que yo siga comiendo y bebiendo a Cristo, y que constantemente practique este versículo en 2 de Corintios 10:5: al derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y al llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Lo que más ataca Satanás es nuestra mente, por ello, valoro mucho que el entrenamiento tiene una atmósfera divina y mística y los elementos necesarios para volvernos una y otra vez a nuestro espíritu, y derribar todos estos pensamientos que nos separan de Dios. Para mí, el entrenamiento no termina aquí, sino que es el comienzo, es una obra de transformación hasta que el Señor regrese. ¡Aleluya!
Ana Sánchez—Soledad de Graciano Sánchez, México
La bendición y misericordia del Señor se ven reflejadas en muchos aspectos. En lo personal, el venir aquí fue como un milagro; y el permanecer aquí ha sido por pura misericordia del Señor.
Mi estancia en estos dos años de entrenamiento ha sido de ayuda en mi crecimiento en vida, mi avance espiritual y sobre todo de aprendizajes en la vida. He aprendido a conocer un poco más a las personas, a callar un poco más y a saber escuchar a las personas. Lo primero que me cautivó del Entrenamiento fue que descubrí un lugar donde está lleno de humanos y no ángeles. Mi concepto era que al entrenamiento venían los hermanos que siempre asistían a las reuniones, que profetizaban y que siempre iban a las reuniones de oración, y para mi sorpresa ese velo me fue quitado. Yo descubrí a hermanos que son como yo. No el mejor, quizá, el peor. Sin embargo, me doy cuenta con base en la historia de David, que Dios eligió como rey a un hombre que era menospreciado por su propia familia. Eso está haciendo el Señor, no existen "súper hermanos" que aquí lleguen, solo hermanos que necesitan ser transformados, así como yo.
Sí, aquí no es la puerta del cielo, pero es un lugar tan místico que poco a poco hace que vayas cambiando.
Fuera de solo cumplir con regulaciones, me doy cuenta que necesito al Señor para seguirlo, porque en mi propio esfuerzo yo nunca habría podido. Ahora veo que cada trato y circunstancia que pasé fue posible de sobrellevar con el Señor y con mis compañeros.
Cada circunstancia llevó a que mis emociones se fueran estabilizando y no fluctuaran tan rápido. Así que, puedo decir que en gran parte en eso me ayudó el entrenamiento: a estabilizar mis emociones. Cada semestre fue diferente; pues cada semestre tuve experiencias, algunas tuve que pasarlas solo, y otras no. Sin embargo en cada una de ellas aprendí. El Señor siempre propicia situaciones para que podamos ser transformados. Si no somos tratados jamás tendremos un sueño y jamás se podrá producir Cristo en nosotros.
Si puedo resumir mi entrenamiento es con tres frases: 1.- "Sea quien sea hasta que el Señor lo transforme en quien tenga que ser"; 2.- "Entre más oculte quien es usted, más opaco llega a ser"; y 3.- "Si entregamos al Señor cualquier cosa o persona en sacrificio, Él nos la devolverá en una manera resucitada".
Una vez yo hice un voto con el Señor de venir al entrenamiento y lo olvidé por mucho tiempo; pero al Señor nunca se le olvidó esa consagración. No son solo palabras. Soy la viva experiencia de que esto es una realidad. Dios es el único ser que puede llamar las cosas que no son como existentes.
Juan Carlos Serrano—Guadalajara, México
Estoy profundamente agradecida con Mi Señor y Dios, porque en Su compasión, fidelidad y soberanía me condujo a cumplir el sueño que Él había depositado en mi corazón desde antes que yo naciera. Nunca pensé que cada evento de mi vida sería el cumplimiento de aquel sueño originado en el corazón de Mi Dios. Un sueño es una visión espiritual en la cual sucede algo imposible, y mirando en retrospectiva, cada suceso en mi vida ha sido un sueño hecho realidad en Él, por Él y para Él. Mi salvación a los ocho años fue el primer sueño cumplido. Era imposible que una niña a esa edad tuviese tal experiencia de salvación y que tal experiencia sería el comienzo de su vida espiritual, pero así fue. Junto con tan grande maravilla, no mucho tiempo después, otro sueño se efectuó: la salvación de mis padres. Luego, después de diez años, se cumplió una imposibilidad más, la cual ha sido la compasión de compasiones que Mi Salvador me mostró a mí y a mi familia y esto fue nuestra entrada en la vida de iglesia, Su infinito amor nos halló en la misma condición en la que se encontraba aquel hombre que descendiendo de Jerusalén a Jericó cayó en manos de ladrones que lo despojaron hiriéndole hasta casi dejarlo muerto. Mi buen Samaritano no sólo vendó nuestras heridas poniendo vino y aceite, sino que nos trajo al precioso mesón, la iglesia gloriosa. A partir de aquí, mi Señor se encargaría de producirme como una soñadora quien soñara Su sueño, aquel por el cual me trajo al Entrenamiento de Tiempo Completo. En esta atmósfera asombrosa en la que se me concedió entrar fue el acto que hizo realidad un sueño más originado en el corazón de Mi Dios.
Durante dos años he recibido revelación tras revelación, las cuales han llegado a ser la visión celestial que quiero que controle y dirija el resto de mi vida, porque esta visión es el sueño del gran YO SOY que desde eternidad hasta la eternidad ha estado latente en Su corazón. El me trajo a este lugar de manera soberana y preparó de la misma manera cada entorno, asuntos y personas para que mi corazón e intenciones fuesen puros y mientras eso sucedía, Él también inscribía en las tablas de mi nuevo corazón Su sueño, Su deseo: la iglesia, Su Amada. Que el gran YO SOY te abra de tal manera Su corazón y haya preparado cada evento en tu vida para hacerlo así, te deja sin salida y eso es lo que ha pasado conmigo… “Señor me doy a Ti, me doy por Tu sueño, la iglesia. Por el resto de mi vida quiero vivir para cumplir el deseo de Tu corazón”
Dulce Arriaga—Nezahualcóyotl, México
Generación
2024-1
Generación
2022-1
Generación
2022-1
Graduados
Testimonios del Entrenamiento de Tiempo Completo en México
Esta es una lista de algunos aspectos de las experiencias de los entrenantes y sus testimonios: