Generación
2021-1
Generación
2021-2
Generación
2022-1
Generación
2022-2
Generación
2023-1
Generación
2020-2
“Salid, oh hijas de Sion,
y ved al rey Salomón con la corona
con que le coronó su madre
en el día de sus esponsales,
sí, en el día de la alegría de su corazón.”
El Cantar de los Cantares 3:11
Ir en pos del Señor es una travesía de toda la vida que incluye muchas experiencias espirituales. Sea que el Señor nos atraiga o que nuestra hambre por Él nos lleve a tomar la iniciativa, esta búsqueda nos lleva a un estado de plenitud de Su presencia.
Nuestra experiencia espiritual del Señor avanza en diferentes etapas, y aunque no experimentamos nada distinto en las diferentes etapas, las experiencias son nuevas porque llegan a ser más profundas, elevadas y ricas. El Señor me atrajo al Entrenamiento de Tiempo Completo y me mostró una escena extraordinaria: la visión del deseo de Su corazón. Tomó dos años para sellar y entretejer esta visión en las fibras de mi ser.
Día tras día me llevó a Su Palabra para salir de mí mismo e introducirme en este romance universal, donde Dios y yo somos unidos, mezclados, e incorporados como una sola persona. Él usó cada situación, fuese clase, tiempo de evangelio, servicio, comunión, problema, fracaso, obstáculo u oposición. Todo para abrirse paso y hacer un poco más Su hogar en mi corazón.
Él ha estado depositando y forjando en mí Su mente, parte emotiva y voluntad, pues ahora mi visión es Cristo y Su Novia, la iglesia. La alegría de Su corazón está en aquel día cuando finalmente lleguen las bodas del Cordero, donde Él y Su contraparte disfrutarán una unión matrimonial por la eternidad. Su sueño ha llegado a ser mi sueño. Vale la pena dar mi vida por ello.
Abraham Jiménez− Cd. de México, México
Gálatas 1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por Su gracia.
Es una misericordia del Señor el que yo pudiera asistir al entrenamiento y aún más que por Su gracia sea sostenida. En este tiempo el Señor me ha mostrado cuán carente estaba de Él y que, a pesar de haber nacido dentro del recobro, mi vivir no era conforme al Señor y tampoco mi pensar, pero ahora estoy siendo ayudada a ser una cristiana normal, no para mejorarme a mí misma, sino para que Cristo sea el expresado y magnificado en mí, con miras a que El cumpla Su propósito.
Mateo 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Mateo 25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Podría ser que no haya suficiente para nosotras ni para vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
La nota 3 de este versículo 9 nos dice que: Comprad indica que se debe pagar un precio. Para ser lleno del Espíritu Santo hay que pagar un precio, tal como renunciar al mundo, negarnos a nosotros mismos, amar al Señor por encima de todo y estimar todas las cosas como pérdida por amor de Cristo. Quiero ser esta virgen prudente que paga el precio para ser llena con más de este Espíritu todo-inclusivo en mi ser tripartito.
Realmente es una decisión de la cual nunca me arrepentiré, porque por primera vez en toda mi vida siento que estoy redimiendo mi tiempo, que mi vida tiene sentido y una meta, estoy aprendiendo a ejercitar mi espíritu y volverme a Él, en cualquier situación, a tener comunión con el Señor y mis hermanos, aun coordinar cosas pequeñas y sobre todo disfruto experimentar a este Dios vivo y real en mi ser.
Perla Chávez—Monclova, México
Amado Señor, te dirijo estas palabras desde el fondo de mi corazón. Puedo ver mi vida hasta hoy y todas las maneras que usaste para enamorarme. Una oración que te hice años atrás fue: “Quiero ser parte de Tu guerrero corporativo, ser esta guerrera valiente y esforzada, ser parte de Tu ejército” (Jl. 3:11; Jos. 1:9).
En ese momento no sabía lo que implicaba esta oración, pero Tú la honraste; y desde ese momento hiciste cosas en mi vida para traerme al entrenamiento, para perfeccionarme y darme el fundamento necesario para llegar a serlo. Sé que me falta más camino por recorrer, pero sé que Tú también terminarás la obra que has comenzado en mí. Me trajiste al entrenamiento, escudriñando y alumbrando lo más profundo de mi ser (2 Cr. 16:9), fui obediente al sentir que pusiste en mí, y sobre todo fue por amor a Ti, ¡Oh Señor Jesús, te amo!
Y puedo decir que te amo más que ayer, gracias infinitas porque en este tiempo me has sustentado, y me has provisto de todo lo necesario en todos los aspectos para poder continuar, y aún más de lo que imaginé (Ef. 3:20). En este tiempo te he llegado a conocer de una manera más subjetiva e íntima, hemos pasado por tantas aventuras juntos y me has enseñado a depender más de Ti; me has mostrado que en mí no hay nada.
En el entrenamiento recibí tanta luz, riquezas y vida, que día a día trajiste a mí, y ahora sé que es para Tu Cuerpo. Te sigo dando mi vida para que sigas avanzando, sé que nos quedan muchas aventuras que pasar, y sé que de Tu mano tengo todo para seguir corriendo esta carrera, a la cual Señor, te pido me hagas llegar a la meta (Fil. 3:14).
Silvia De La Torre−Arequipa, Perú
Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados.
Cuando tuve el sentir de ir al Entrenamiento de Tiempo Completo, le pedía al Señor que quitara todo impedimento que no me permitiera el poder asistir, el proceso para ir fue bastante complicado porque se presentaron muchísimas situaciones difíciles, pero finalmente llegándose el tiempo, el Señor acomodó todo el entorno y finalmente pude asistir al entrenamiento. Ahí, pude ver que el Señor es fiel, realmente tenía muchos conceptos de los que era el entrenamiento, pero el Señor fue quitando cada uno de esos velos.
En el entrenamiento realmente comencé a conocer más al Señor, a conocer lo que realmente hay en Su corazón. Ahora me queda muy claro que el Señor permite que pasemos por muchas situaciones, las cuales, Él usa para nuestra transformación. Tenemos a esta maravillosa persona disponible a nosotros. Él es lo único que necesitamos en nuestra vida.
En Su corazón, está que cada uno de nosotros le recibamos como vida, que constantemente estemos viviendo en esta unión orgánica con Él. En cada situación de nuestro vivir humano, lo que Él quiere es dispensarse a nosotros de manera amorosa, añadiéndose un poco más a nuestro ser para que nosotros podamos ser totalmente iguales a Él en vida y naturaleza, mas no en la deidad.
Él va avanzando en Su economía y en el deseo de Su corazón, hasta que obtenga lo que se ha propuesto, esto es, que lleguemos a ser la realidad de 1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamo de las tinieblas a Su luz admirable.
Doy gracias al Señor porque durante todo este tiempo de entrenamiento, Él siempre mostró todo lo que realmente necesitaba y siempre se suministró como la gracia abundante a mi ser. En mí, el Señor ha puesto el anhelo de cooperar con Él para que pueda tener esta transformación total, en la cual, yo sea aquella hermana que pueda reflejarlo en todo momento y pueda ser útil en Sus manos, a fin de que pueda cooperar con el deseo de Su corazón
Claudia Espinoza−Cd. Juárez, México
Estar en el Entrenamiento de Tiempo Completo ha sido de gran bendición y realmente hace la diferencia, superó mis expectativas y derrumbó todos los conceptos e ideas que tenía. Había estado por muchos años en la vida de iglesia, pero nunca experimenté al Señor como en el entrenamiento. Estaba afanada en mi vida sin una meta o propósito claro, cuánto le agradezco al Señor por “romper” la burbuja de mi universo personal. Él se me presentó sin buscarlo, ni escogerlo y me atrajo de manera misteriosa. Puedo testificar lo que dice Ro. 9:16: “Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”, Cada día que pasaba en el entrenamiento, era por causa de Su gracia y misericordia, aún de Su compasión.
Durante estos dos años, recibí cascadas de infusión e impartición de vida, por medio de las clases, tiempos de estudio y el vivir corporativo. El Señor me pasó por muchas experiencias para aprender a conocerme y ver mi peculiaridad, ciertamente le soy inútil en mi hombre natural, esto lo pude notar en cada semestre, al ser expuesta en mi capacidad natural de hacer las cosas, pero ¡Alabado sea el Señor!, Él no me dejó ni un momento sola, siempre estaba detrás de la escena suministrándose abundantemente para volver mi corazón a Él. Necesitaba pasar por sufrimientos leves a fin de que el Señor me iluminara y expusiera cuán horrible es mi carne, mi yo, mi viejo hombre y mi corazón duro para darle la oportunidad de que se forjara en mí.
El Señor como Sumo Sacerdote, en medio de mis sufrimientos venía constantemente, me ponía sobre Sus hombros y me llevaba a través de las dificultades. Él era capaz de compadecerse y sin merecerlo, tomaba mi caso al interceder por mí, se presentaba delante de Dios a mi favor. (He. 7:25). Él no sólo me cargaba en Sus hombros, también sanó muchas heridas escondidas en mi corazón, me llevó al mesón y pagó por mi recuperación. Le estaré eternamente en deuda a mi querido Señor, Novio y Amigo por permitirme conocerle, experimentarle y amarle.
Estephanie García−Atizapán, México.
A fin de ser uno que sigue al Señor necesitamos tener una revelación acerca de Su persona. Cuando Cristo se nos es revelado lo amamos con lo mejor de nosotros, lo tomamos como nuestro camino, como nuestra meta, y en gloria, Él mismo será nuestro galardón.
Ro. 14:8: Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Entregarle al Señor estos dos años de mi vida ha sido la mejor decisión. Cuando abrimos nuestro ser al Señor, Él hace más de lo que pedimos. Ciertamente yo no merecía estar aquí, pero he hallado gracia ante Sus ojos. El Señor me ha tomado de la mano y me ha llevado paso a paso, susurrando a mi oído: “Con amor eterno ciertamente te he amado, por eso, te he atraído con benevolencia amorosa” (Jer. 31:3b). Él actúa de maneras muy misteriosas, durante este tiempo en el entrenamiento, dispuso circunstancias que yo no esperaba, las cuales me llevaron a experimentarle, a buscarlo en Su Palabra y a confiar en Él. El Señor ha cautivado mi corazón, y con Su amor y Su dulzura me ha atraído a ir en pos de Él… y fuera de Él nada deseo.
Le agradezco y lo alabo porque en Su soberanía me ha hecho un vaso escogido. Mi anhelo es aprovechar cualquier oportunidad para amarlo, y que tal amor me lleve a “desperdiciarme” sobre Él, porque sólo Él es digno de mi ofrenda. Le he confiado y entregado cada uno de mis caminos, porque mi objetivo es Dios mismo. No importa la senda por la que me lleve, Él sabrá cómo hacerme llegar, porque “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Ts. 5:24). ¡Te amo Señor Jesús!
Janeth Gutiérrez−Cd. Juárez, México
Mis deseos de venir al Entrenamiento de Tiempo Completo son: primero, que conozca las Sagradas Escrituras; segundo, que experimente a Cristo como mi vida y mi persona en la manera más profunda y real y tercero, servir al Señor conforme la voluntad y la manera de Dios.
En el entrenamiento, recibí las verdades de la Biblia, que me impartieron una visión celestial más clara sobre la economía eterna de Dios, sobre Cristo y la iglesia. Ahora, el plan de Dios y la cumbre de la revelación divina para mí no sólo son afirmaciones, sino es una escena transcendente que cautiva mi corazón y gobierna mi vida. Hechos 26:19b no fui desobediente a la visión celestial.
En cuanto a la vida divina, en Colosenses 3:4a Cuando Cristo, nuestra vida... Con la ayuda del entrenamiento, aprendí más a como ejercitar mi espíritu para tocar al Señor, al Espíritu vivificante que mora en mi espíritu (2 Timoteo 4:22). En mi tiempo personal con el Señor, estoy aprendiendo a tener una relación, una comunión personal, íntima y afectuosa con el Señor.
Puedo decir ahora, Señor eres mi Amado como dice El Cantar de los Cantares 5:16 Su boca es la dulzura misma, / y todo él deseable. / Así es mi amado, y así es mi amigo, / oh hijas de Jerusalén. En Su amor eterno, las riquezas de la vida de resurrección me atraen como un gran imán, espontáneamente quiero ser quebrantado en mi hombre natural, tomo la cruz de Cristo y lo sigo para ganar a Cristo como mi todo.
También aprendí que al servir al Señor no puedo usar mis conceptos naturales, el Señor quiere que seamos los sacerdotes Neotestamentarios que son perfeccionados; 1Pedro 2:5 vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
En el servicio del evangelio, aprendí a tener comunión primero con el Señor, a buscar Su voluntad y luego coordinar con mi compañero del evangelio. La comunión en unanimidad, recibe la bendición del Cuerpo, entonces somos uno con el Señor para predicar el evangelio, cuidar y pastorear a los universitarios y a los niños.
El Señor es fiel en cuanto a la economía de Dios, mis deseos, en resumen, son ser perfeccionado para ser un miembro normal que vive en el Cuerpo de Cristo. El Señor lo ha cumplido por el entrenamiento. Gracias al Señor y al entrenamiento por esta porción de Cristo que es invaluable y que me beneficia en toda mi vida.
Jinzhe Huang−Medellín, Colombia
1 Corintios 2:9 …“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.”
En este tiempo descubrí a mi Señor, pues ciertamente el misterio oculto se nos reveló (Col. 1:26). Estos dos años me ayudaron a conocer quien realmente soy y a ver mis debilidades, pero a la vez, a experimentar el poder de Cristo que extiende tabernáculo en mi ser, así como aprender a darle la oportunidad de manifestar Su poder en cualquier situación y circunstancia.
Cada día, aunque el Señor me mostraba lo impotente que era para alcanzar la victoria, también me mostraba el secreto de habitar en Él. Al volver a mi espíritu, ya no confiaba más en mí misma, sino en Su gracia. ¡Nada es mejor que estar en las manos del Señor!
Anteriormente, quería trazar mi propio camino y aunque sabía que Dios moraba en mi espíritu, mi experiencia era escasa, vivía pobremente sin conocer, disfrutar ni experimentar la inmensurable riqueza del Señor hallada en mi espíritu. Pero el Señor, condujo mis pasos al entrenamiento, a buscarle cada día, y a pasar tiempo con Él. Aprendí que amarle no es un sentimiento sino una decisión, una decisión para amar Su Palabra, permanecer abierta a Él, decir “Amén” a las circunstancias que dispone para ganar más de Cristo, y que Él sea forjado en mí para ser un miembro más edificable.
No doy nada, pero lo he recibido todo, así resumiría estos dos años, dos años de mi vida no son nada comparados con recibir cada día, la gracia y el disfrute de Dios mismo. Finalmente, lo que Él haya logrado en mí, no es para mí, sino para la edificación de Su Cuerpo, ¡Todo se trata de Su economía!, lo que me llevo de aquí es, el haberme podido edificar junto con compañeras, correr esta carrera con mis compañeras de milicia es un regalo para la eternidad. ¡Señor Jesús te amo!
Damaris Jiménez−Oaxaca, México
Cuando tomé la decisión de ir en pos del Señor por dos años, estaba dando un sí a una persona que en realidad no conocía. Había cierta inseguridad debido a que estaba sacrificando familia, trabajo y cosas. Hoy no es un sacrificio, ha sido parte de pagar un precio para conocer y experimentar a mi Señor.
Había escuchado diferentes puntos de vista con respecto a ser uno que se entrena, ¡Alabo al Señor que no quedé satisfecha con eso! Desde luego no soy la misma de cuando inicié a ahora que he terminado. Mi sonrisa, mi oración y mi canto se han convertido gradualmente en una experiencia única y disfrutable. Esto se debe a que tal como Pablo afirmó, he aprendido el secreto. Este secreto para mí, fue pelear mañana tras mañana para ir al encuentro con mi Amado tal como lo vemos en El Cantar de los Cantares 2:10 Mi amado responde y dice: Levántate, amor mío, hermosa mía, y ven. Tomando en cuenta las notas que acompañan a este versículo indica, que la que ama a Cristo falló al no responderle en Su comunión, lo cual hizo necesario que Cristo hablara nuevamente, hubo días así, pero El Señor se encargó de enamorarme y cautivarme en cada semestre. Cada clase, servicio y aún el vivir corporativo fueron este escalón que me ayudó a subir este monte alto, para ser espectadora de una visión gloriosa y que gobernará todo mi ser de hoy en adelante.
Puedo afirmar, que primero el Señor nos corteja y nos da Su amor sin medida, después, hace los ajustes necesarios, tanto internos como externos para que Él pueda tener una vía libre al transformarnos, perfeccionarnos y así lograr ganar nuestro corazón. Este viaje terminó tan rápido que cuando desperté este tren de perfeccionamiento había llegado a su última estación. Cada semana cursada varió en cómo me dispuse a verlo, pocos días fueron ordinarios, ¡Aleluya! abundaron los días llenos de gloria. Fue de esta manera, porque aquí, aprendí a mantener fresca mi consagración, amando, mirando, y contemplando a mi bello Señor Jesús.
“Cuando todo nuestro ser es uno con Dios al amarle en comunión íntima, Él nos muestra en nuestro espíritu por medio de Su Espíritu todos los secretos del Cristo que es nuestra porción.” Nota 1 de 1 Corintios 2:10, SBVR.
Fabiola Morales−Parral, México
Romanos 8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
¡He encontrado el amor en mi Jesús! Nada se compara a Él, vagué por las sombras durante mucho tiempo, no veía lo débil que soy, pero al final vine a Él, y Su Persona amable mi corazón ganó. Conocía al Señor de una manera superficial, no tenía ningún tipo de experiencias que me hicieran ganar más de Su Persona, pero el darle dos años al Señor para ser entrenada, sin duda alguna ha cambiado mi vida.
Él es maravilloso, Él es tan bello. En el Entrenamiento de Tiempo Completo pude experimentar de muchas maneras al Cristo todo–inclusivo y extenso. Pude darme cuenta que todo lo que necesito está en Él, que nada tengo que buscar fuera de Él, fuera de Él todo es vanidad, es vacío y desolación. Muchas veces me encontré en circunstancias negativas, pero incluso esas circunstancias eran diseñadas por Dios para mostrarme que nada soy, que mi único deber es: amarlo y obedecerlo, es ejercitar mi espíritu y voluntad para escogerlo cada día a Él.
Pero esto no solo se trató de mí, a través de las clases y las comuniones, los velos fueron quitados, pude ver que hay un gran misterio, y este misterio es un romance, ¡Dios se ha enamorado del hombre! Dios se mezcló con el hombre con el fin de hacernos igual a Él en vida y naturaleza más no en la Deidad. Él nos hace Su duplicación que habrá de expresarlo, lo expresamos por medio de Su impartición divina y tal impartición produce el Cuerpo de Cristo, como el Nuevo hombre y como el organismo del Dios Triuno, mismo que alcanzará su consumación en la Nueva Jerusalén.
¡QUÉ MARAVILLOSA HISTORIA! Es un gozo conocer que soy parte de la historia más grande del universo, Dios y el hombre mezclados. Cristo y la iglesia.
Erika Ramón−Tlajomulco de Zúñiga, México
Dios está presente en cada circunstancia de nuestra vida y Él se acercó a mí como un viento recio, volcando mi entorno de maneras inimaginables para volverme a Él. En mi interior, Él se movió para que tomara la determinación de dejar lo que estaba haciendo y decirle: “Sí Señor. Te entrego estos dos años a Ti"; hecho que había descartado.
Durante los primeros meses, me di cuenta de lo suelta e independiente que era. Estaba demasiado envuelta en mis gustos y pensamientos. Poco a poco, el Señor fue haciendo espacio en mi corazón para amarle más, y también para amar a mis hermanas en Cristo. Además, se manifestó mi necesidad de aprender a conversar con el Señor, por medio de la oración. Esto permitió que el resplandor de Su luz señalara asuntos en mi interior, que por tanto reconocí y de los cuales estuve de acuerdo en entregárselos para que Él los incinerara.
En Apocalipsis 1:14 el Señor se presenta con ojos como llama de fuego, que son para purificar, juzgar y quemar. Sus ojos que son para observar y escudriñar, quemaron en mí lo que no correspondía con Su persona, no obstante, Él se suplió como el Espíritu intercesor que ayuda, sostiene, consuela y apoya intercediendo (Ro. 8:26-27). Éste Espíritu intercesor conocía mi necesidad, mi debilidad, mis problemas y deficiencias. Más adelante pude disfrutar de la tierna faz de Cristo, infundiéndome lo que Él es. Después de haberme quemado, Él se impartía dulcemente. Al tener tiempos con el Señor por las mañanas, también pude contemplar Su faz.
Disfruto de la presencia de Dios. Nada puede reemplazar Su presencia. Tener a Dios es la mayor bendición.
“Debido a que en términos prácticos estamos unidos al Cristo que es la realidad de la buena tierra y disfrutamos de Sus riquezas, los ojos de Dios están sobre nosotros continuamente, por lo cual podemos disfrutar de la presencia de Dios y ser objeto de Su cuidado.” Nota 1 de Dt. 11:12, SBVR.
Rebeca Roldán−Ecatepec, México
Cuando primero escuché del Entrenamiento, lo que me atrajo fue precisamente esos dos años de consagración al Señor. Dos años de no dedicarme a nada más sino solo a Él. Y con eso sembrado en mi corazón decidí venir al Entrenamiento de Tiempo Completo en México.
En un inicio no comprendía mucho lo que significaba ser entrenado, pero entendí que quería ser una joven útil al Señor, quería servir al Señor. Con ese pensamiento en mente el Señor me atraía cada día a venir a morar en Su presencia.
“Ser uno que se entrena es uno que busca tener tiempos con el Señor”.
“Ser uno que se entrena, practica”.
Todo se reduce a las prácticas más básicas de nuestra vida cristiana. Invocar el nombre del Señor, ejercitar mi espíritu, orar-leer Su palabra, tener tiempos con Él en las mañanas. La presencia del Señor realmente lo es todo. Y en el entrenamiento se nos da la oportunidad de cada mañana forjar esta relación íntima y personal con nuestro Dios.
Aquí aprendí a tener una vida de iglesia normal y apropiada, siendo un miembro funcional del Cuerpo, al practicar la manera ordenada por Dios; predicar el evangelio, nutrir a los nuevos creyentes, perfeccionar a los santos y profetizar para la edificación de la iglesia.
También, por medio de las clases impartidas, se me reveló la línea central de la Revelación Divina. Todo es para la impartición del Dios Triuno con miras a la Nueva Jerusalén, la cual es la meta máxima de Dios. Y todo lo que nos ocurre en el entrenamiento está dispuesto soberanamente por la mano del Señor, para volvernos a nuestro espíritu, para que aprendamos a vivir y andar por nuestro espíritu mezclado y podamos entonces expresar una vida apropiada de un Dios-hombre en la tierra, por medio de forjar también un carácter apropiado que sea útil al Señor. Todo es con miras a Su propósito y a que Él sea glorificado.
Cesia Trujillo−Zapopan, México
Abraham Jiménez
Perla Chávez
Silvia De La Torre
Damaris Jiménez
Claudia Espinoza
Fabiola Morales
Estephanie García
Erika Ramón
Janeth Gutiérrez
Rebeca Roldán
Jinzhe Huang
Cesia Trujillo
Josué
Martínez
Oscar
Melgar
Vanessa
Rodríguez
Vianey
Salais
El entrenamiento de Tiempo Completo es un lugar muy especial, durante estos dos años de entrenamiento he edificado una relación íntima y personal con el Señor; aquí he aprendido a desarrollar esta relación. También he aprendido a conocer el Cuerpo de Cristo; el Señor pone las circunstancias para que Él pueda laborar en nosotros de forma coordinada, tanto por dentro como por fuera. La vida de Cristo opera desde adentro, mientras que las circunstancias trabajan desde afuera. Las circunstancias externas trabajan en coordinación con el Espíritu Santo que mora en nosotros, y entre estos dos factores se halla un tercer factor necesario: nuestra cooperación. Para que la vida de Cristo se extienda de mi espíritu a mi alma, yo necesito cooperar para que la vida de Cristo pueda ser liberada en mi ser.
Venir al entrenamiento es la mejor decisión que he tomado. En mis primeras semanas de entrenamiento, cuando me encontraba en mi hombre natural, en mi mente, siempre estaba el pensamiento de: “dejé todo por el Señor”, y venían a mí todas las cosas que podía estar haciendo, pero con el paso de las semanas disfrute el himno #196, estrofa 3 “Qué ganga tu parte entregar por la totalidad’’. Me di cuenta que realmente no había dejado nada, todo lo que tenía o podía llegar a hacer no tienen ningún valor en comparación con lo que he ganado en este lugar. Fil. 3:7-8 lee: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
Roman Alvarado - San Pedro Sula, Honduras
Cuando decidí dar mi tiempo para el Señor en el entrenamiento, el motivo principal fue conocerlo a Él; pero, en este tiempo de dos años, Él me concedió ver algo más; Él me mostró quién era yo. Por un lado, me permitió verlo a Él, ver la preciosidad de Su vida en resurrección y apreciar que en Su corazón existe un deseo tan grande que lo ha llevado a hacer uso de todo Su ser. Desde ese momento, fue inevitable tener el deseo de vivir solo para esto, vivir para ver a mi Amado contento; Sin embargo, al mismo tiempo, Él sabía que era necesario poner al descubierto lo que yo soy, poner al descubierto mi corazón junto con sus intenciones, alumbrar mi mente y sus pensamientos y exponer la carne con sus concupiscencias; descubrir mi constitución no fue sencillo, sin embargo, indispensable, pues fue la causa de obtener la necesidad de la disciplina de Dios.
Ahora puedo comprender un poco más que si el Señor quita, si el Señor presiona, si el Señor expone o incluso quema, es porque en Su grande amor y misericordia, Él quiere hacer de hombres caídos y pecaminosos, hijos de Dios en gloria. Si este es el motivo de Su disciplina, solo puedo decir: ¡Amén, hazlo Señor Jesús!
El entrenamiento de tiempo completo cuenta con la atmósfera y las condiciones apropiadas para que la vida del Dios Triuno crezca en nuestra vida humana. Lo más normal que le puede suceder a un cristiano es que su vida natural de la vieja creación sea derribada y reemplazada por la vida divina-humana de Cristo. Sin embargo, en la caballerosidad de nuestro Señor, Él está en espera de nuestra aprobación.
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados”—He. 12:11.
Abdi Becerra - Coacalco, México
“En el camino de la consagración, muchas veces sufrimos dolor y pérdida, y sólo aquellos que frecuentemente tocan el amor del Señor, pueden encontrar dulzura en su dolor” La experiencia de vida, Capítulo 3, página 34.
Durante mi tiempo en el entrenamiento he recibido luz que ha expuesto lo que soy y me he dado cuenta que aún lo bueno o malo que hay en mí es parte de mi naturaleza caída y pecaminosa, así que, debo ir a la cruz, la cual no tiene como objetivo que sufra, más bien su objetivo es que muera. Al ir a la cruz encuentro dulzura en morir, pues mientras muero, Su vida de resurrección es impartida a mí supliendo toda mi escasez.
No necesito luchar, no necesito esforzarme, Su gracia es suficiente, y la gracia no significa que todo saldrá bien, la gracia es Dios en Cristo para nuestro disfrute. Al llegar a mi primer semestre pensaba que la gracia era que todo saldría bien, sin embargo, me di cuenta a través de algunas situaciones que no necesito que todo me salga bien, lo que verdaderamente necesito es que la gracia sea suministrada para que Cristo sea glorificado. 2 Corintios 12:9 “Y me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo extienda tabernáculo sobre mí”
Y mientras la gracia era suministrada, también pude experimentar el verdadero amor. Él amor no es un sentimiento como el mundo nos ha hecho creer, el amor es una decisión, y Él primero en tomar esta decisión de amarnos fue nuestro querido Señor “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero” 1 Juan 4:19. Él entregó cada gota de sangre por amor a nosotros, pagó el más alto precio ¿Cómo no amarle? No importa las circunstancias, Él me ama y yo le amo a Él y este amor cada día va en aumento. Cantar de los Cantares 8:7 fue tan dulce y real durante estos dos años “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, / ni lo ahogarán las inundaciones. / Si un hombre diera los bienes de su casa por este amor, / sería totalmente menospreciado”
Durante este tiempo hubo aguas que intentaron ahogar este amor, sin embargo, cada día solo he experimentado el amarle más, y tener la oportunidad de consagrarse al Señor; es un verdadero honor, esta historia de amores no termina en estos dos años, más bien, apenas comienza, por lo tanto, tomo la decisión de amar a mi Señor cada día de mi vida, amar a la iglesia y no salir libre.
Noelia Contreras - San Pedro Sula, Honduras
Ezequiel 36:26-27: “También os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros Mi Espíritu y haré que andéis en Mis estatutos, y guardaréis Mis ordenanzas y las pondréis por obra”.
Al tomar la decisión de venir al entrenamiento tuve varios conflictos internos. Dentro de ellos, sentía que principalmente no consideraba ser apto para venir. Pero el Señor me fue mostrando que no fue una decisión tomada por mí, sino que en realidad Él la tomó y pude venir por Su gran misericordia. En cada situación me mostró mi verdadero yo. Pensaba que al venir al entrenamiento solo lo conocería a Él, pero primero vi quién realmente soy. En ese momento se abrió el camino para que Él pudiera impartirse en mí de una forma que no había experimentado antes. Día a día, en cada situación, el Señor se depositó cada vez más en mí.
Así, Cantar de los Cantares 1:11 fue más real para mí en cuanto a mi experiencia: “Te haremos trenzas de oro / con tachones de plata”. Es en la vida de iglesia donde la transformación de los que aman a Cristo es llevada a cabo por el Espíritu transformador en coordinación con los miembros del Cuerpo que realizan la obra de perfeccionarnos. No sé cuánto de esta labor ha actuado en mí.
No sé cuánto he sido conformado a Su muerte, pero estoy consciente que este depósito dentro de mí ha aumentado. Sé que esta obra perfeccionadora me ha embellecido con el Dios Triuno, no de forma externa, sino cambiando mi constitución.
Esteban Ellis - Cd. Panamá, Panamá
Gá. 1:15: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por Su gracia”.
Ahora estoy consciente y convencido que el Dios de mis padres es mi Dios, tan real y subjetivo a mí. El cual me apartó desde el vientre de mi madre para ser solo de Él. Por Su misericordia, gracia y olor fragante me llamó y me atrajo a ir en pos de Él.
Dios tiene una voluntad, un beneplácito, el cual es Su economía, y nosotros somos parte de esta economía. Por eso Dios el Padre nos ama tal y como somos, tanto que Dios el Hijo se dio a Sí mismo para nuestra redención. Ahora volvemos a ser de Su posesión para el cumplimiento de Su economía.
El entrenamiento es para el cumplimiento de Su economía, es por eso que estoy agradecido con el Señor por haberme traído a Su entrenamiento, en el cual inicié mi perfeccionamiento para completar mi salvación orgánica y ser parte de Su economía. La mayor ayuda que el entrenamiento nos da, es el llegar a tener una relación íntima, profunda y genuina con nuestro Señor, nuestro amado Novio. Por medio de esta relación con Él, es que recibo de Su impartir para que Él lleve a cabo Su propósito en mí. Cada actividad del entrenamiento es una oportunidad para volvernos a Él, dándole el consentimiento para que Él mismo sea quien me renueve y me transforme hasta conformarme a Él.
Agradezco los velos que el Señor quitó en cuanto a este perfeccionamiento. Porque este entrenamiento no sólo es por dos años, es por toda la vida. Este perfeccionamiento no es sólo para mi vida cristiana, sino que es para Cristo y la iglesia.
Josué Martínez—Gómez Palacio, México
Antes de llegar al entrenamiento consideraba que podía hacer algo para el Señor. Y aunque sabía que el asistir al entrenamiento era por Su misericordia, todavía pensaba que al llegar aquí podría hacer muchas cosas en mí para complacer a mi Señor. Pero desde la primera semana que llegué a esta atmósfera, Él me mostró que yo no era y que Él debía ser. Con el pasar de cada semana, el Señor se iba revelando más y más a mí, pero al igual que Isaías, al verle a Él solo pude decir: “¡Ay de mí, porque soy muerto! Pues soy hombre de labios inmundos, y habitó en medio de un pueblo de labios inmundos, más han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”—Isaías 6:6
Crecí en medio de los hermanos en la vida de iglesia en mi localidad y creía, en cierta medida, conocer a Dios y tener una buena relación personal con Él. Sin embargo, al llegar al Entrenamiento de Tiempo Completo, con el pasar de las semanas, el Señor me mostró que aún no le poseía como mi Dios, Él era Él y yo seguía siendo yo. Sí, quería servirle y agradarle, pero aún lo hacía a mi manera y en mi capacidad. En esta atmósfera de abundante suministro me di cuenta que necesitaba tomarle como mi Señor, mi Marido, mi Cabeza y mi Rey en todo. Aún tenía muchos anhelos y deseos personales que ocupaban el lugar que le correspondía a Él, pero con el caminar de cada semestre Él ha depurado, sacando todo aquello que no correspondía con Él.
Entonces pude darme cuenta que aún amarle sin reservas, en mi corazón, es una decisión que yo tomo cada día y a cada instante. Lo que me llevó a entregar todo lo que había en mi corazón a Él, de tal manera que quedara espacio para Él. Entonces pude recibir aún más el suministro abundante que hay en esta esfera. He podido darme cuenta que el Entrenamiento de Tiempo Completo no es un lugar físico, sino una atmósfera en la que el suministro siempre está fluyendo y la luz resplandece constantemente, pero depende de mí apertura si recibiré el suministro y si dejaré que la luz resplandezca en mí. Así que aquí aprendí a abrirme a la luz y a vaciarme de lo que soy y tengo, para ser llena de Él. Aquí pude ver que a Dios no le interesa lo que haga en mi capacidad, sino lo que soy.
Saraí López - San Salvador, El Salvador
Saraí
López
Roman
Alvarado
Abdi
Becerra
Noelia
Contreras
Esteban
Ellis
Eder García
Le agradezco al Señor que me llamara al Entrenamiento y es por Su gracia y misericordia que estoy aquí. Fue un entrenamiento muy especial, siendo entrenada el primer año con mi familia en casa y mi familia en la localidad y, después, en el centro de entrenamiento de forma presencial, experimentando más gracia.
El Dios Triuno es una fuente inagotable, que conocí durante mi vida de iglesia antes de venir al entrenamiento. Sin embargo, no sabía qué hacer con lo que conocía de Él. En el entrenamiento le hallé, la sed en mí, Él sació. En mi primer semestre me mostró lo sumergida en el mundo que estaba y que la única fuente que me podía saciar era Él.
Las clases para mí en ese semestre fueron mi “logos” y “rema” que me fortalecieron, uno de los versículos que cambia mi vida es 1 Co. 15:45 “Así también está escrito: “Fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente”; el postrer Adán, Espíritu vivificante. Él en resurrección es el Espíritu vivificante para impartir vida. Este versículo no solo me acompañó ese semestre, sino estos dos años, saber que Él es vida, me cambia, cambia mis situaciones, mis frustraciones y mi vida.
En mi segundo semestre, comencé a ver cuán importante es que nuestro carácter sea apropiado, para edificar la iglesia, para servir al Señor así que en unas de las clases disfruté Jn. 7:37-39 y comprendí que el Espíritu que fluye es el glorificado Jesús en mí espíritu, que al comerle y beberle obtengo un poco más de Su humanidad apropiada. Así fue como comencé a orar-leer los evangelios para comer un poco más de la ofrenda de harina.
Mi tercer semestre fue una nueva experiencia en el entrenamiento al disfrutar de la porción especial de ser compenetrada con mis hermanas en las casas del entrenamiento. Sin lugar a dudas, aprendí en una de las clases que es necesario el quebrantamiento a fin de ser transformados, para ser piedras preciosas, el hecho de tomar la cruz, negarme a mí misma y seguirle a Él, esto me llevó a tener experiencias más profundas con Él.
Para mi cuarto semestre, las experiencias se hicieron más profundas y aunque no me percataba de lo mucho o poca transformación en mí, me di cuenta que deje de tener nervios al profetizar, que podía dar indicaciones a mis coentrenantes con más humanidad mientras limpiamos la cocina incluso en mi asignación al pasar lista. Una de mis experiencias más dulces fue invocar Su nombre en cualquier momento, situación y sin importar cómo me sienta. El himno #492 dice “Te hará uno con Él| y No serás igual. ¡Ni quisieras!" Las prácticas de vida aprendidas, desarrolladas, incorporadas en mí ser durante estos dos años son cruciales, son vitales.
Invocar Su nombre, avivarme, orar, es disfrutarle, es amarte a Ti Señor Jesús.
Gabriela Barragán - Cd. de México, México
Cuando conocí la vida de iglesia, una de las primeras cosas que escuché fue acerca del Entrenamiento de Tiempo Completo, y esto causó el anhelo en mi corazón de conocer este lugar. Sin embargo, mientras pasaban los años, más lejos lo veía, y comencé a caer en estado de conformismo. Llegué a creer que mi vida de iglesia era adecuada, pues, asistía a todas las reuniones, a todos los entrenamientos y conferencias que podía y estaba disponible para el servicio en la iglesia local.
Pero desde hace dos años, el Señor me ha estado mostrando que una vida normal de iglesia no depende solamente de las reuniones que tengamos externamente, sino que se basa en una comunión personal con Él. Antes de venir al Entrenamiento pensaba que con tener 7 o 10 minutos con el Señor por la mañana o hacerlo mientras iba de camino al trabajo era suficiente para vencer, pero no es así.
El semestre antes de venir, el Señor me hizo considerar qué era lo que realmente estaba en mi corazón, y me permitió ver que seguía ahí el anhelo de ser entrenada. Cuando lo comprendí el Señor me permitió hacer una oración que por mis conceptos religiosos no había hecho, la oración fue: “Señor, hace muchos años yo te hice un voto de consagración. En mi corazón aún está el anhelo, y por Tu justicia y fidelidad debes honrar mi voto. Tienes que llevarme al Entrenamiento.”
En agosto de ese año, mi oración fue contestada, y desde el primer día la estrofa uno de Himnos #232, comenzó a ser real para mí: “Hallé Aquel que es sin igual, / Me llena el corazón; / Por eso tengo que cantar, / ¡Qué Cristo tengo yo!” Desde entonces cada día he encontrado a Aquel que llena mi corazón. Mi oración ahora para el resto de mis días es seguir encontrándole y seguir cantando: “¡Qué Cristo tengo yo!”
Sharon Canizales - Cd. de Guatemala, Guatemala
Vine al Entrenamiento de Tiempo Completo buscando un mejoramiento personal en cuanto a mi carácter y en cada aspecto de mi vida. Pensaba que podía llegar a ser una mejor persona, pero a medida que avanzaba el Entrenamiento pude comprobar que mi concepto estaba por debajo de lo que el Señor quería ganar de mí. En el Entrenamiento de Tiempo Completo no nos dicen qué hacer, sólo nos proveen las herramientas necesarias con el fin de aprender a tocar al Señor, entrar en Su verdad, tener comunión íntima con Él y ejercitar nuestro espíritu. Además he aprendido a disfrutar cada tiempo que tengo con mi Amado, en los cuales, imparte Su persona misma en mi ser. Él me mostró que no necesito esforzarme en ser una mejor persona, sólo debo volver mi mente al espíritu y es ahí donde Él actúa, donde tiene la oportunidad para forjarse más y cumplir Su plan en mí.
En cada clase aquí el ser de Dios me fue revelado un poco más, pude ver la importancia del Cuerpo de Cristo, que son mis hermanas, los santos en cada localidad y la necesidad de aumento que tiene el Señor. Para eso me trajo al Entrenamiento a ser perfeccionada, para poder ser útil en Su economía. Por esta causa Él trató con mi carácter, para ensancharme y darme amplitud a fin de pastorear a muchas personas, ya que lo que Él desea es tener una expresión en la tierra.
Vine con un pensamiento muy particular, muy individualista, pero el Señor me mostró que hay algo más rico y disfrutable: el aspecto corporativo. Cuando yo me vuelvo a mi espíritu puedo ser una con todos los santos y disfrutar de esta buena tierra que tenemos. El señor me alienta solamente a esforzarme y ser muy valiente con la certeza de que no se apartará de mí Su palabra y al ocuparme en ella, Su vida llenará todo mi ser. Josué 1:9: "¿No te he mandado? Sé fuerte y cobra ánimo, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas.” Gracias a esta promesa es mi oración y deseo que las estrofas 3 y 4 del himno 188 sean mi experiencia:
“¡Quiero abandonarme/ A Su buen placer!/ Caminar la senda/ Donde anduvo Él;/ […] Completar Su gozo/ No mi voluntad. / Planes y deseos/ Los quiero esconder”
Daniela Domínguez - Cuernavaca, México
“E Isaías es muy osado y dice: “Fui hallado de los que no me buscaban;
me manifesté a los que no preguntaban por Mí”.”
Ro. 10:20
Nada es más elevado en el universo que conocer a Dios y, aunque Él es misterioso, decidió revelarse en el hombre. Antes de los dos años de Entrenamiento sabía que lo único que podía satisfacer mi corazón era Dios mismo, no sabía nada más. Él en Su infinito amor me llevó más profundo y alto en mi consagración. Hice promesas rotas y vacías durante toda mi vida, pero en este tiempo le insistí al Señor en medio de mis vacilaciones que me guiara a la realidad, que estaba sedienta y que ansiaba conocer la verdad.
Entonces Él vino como la luz y me permitió empezar de nuevo, porque las tinieblas iban pasando, y la luz verdadera comenzaba a alumbrar. Todos mis miedos y fracasos se desvanecieron y la luz vino para brillar y consumirme; Dios es un Dios de luz y la luz devora todas las tinieblas. En estos años entendí que la muerte no impide la resurrección y de hecho le abre el camino. El Entrenamiento me llevó a un sitio más alto con el Señor, libre de todos los afanes terrenales, me permitió descubrir un sitio más alto, más terreno por explorar. Mi camino apenas comenzaba y apenas comienza.
Dios tiene un anhelo y necesita llevarlo a cabo por medio del hombre, pero todo empieza con una visión, la cual el Señor está forjando en mí cada vez que me acerco a Él. Recibí una porción muy especial al dedicar todo mi tiempo a conocerlo; pero este es solo el inicio del viaje y es una travesía corporativa. Todo sea para que Él pueda cumplir Su plan y obtenga Su tan anhelada expresión, el Dios Triuno mezclado con el hombre tripartito regenerado, transformado y glorificado.
“Un abismo llama a otro abismo
ante el sonido de Tus trombas marinas;
todas Tus ondas y Tus olas
pasan sobre mí.”
Sal. 42:7
Martha Núñez - Tlalnepantla, México
“Y me dijo aquel varón: Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y aplica
tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque con este propósito has sido traído aquí, para que te sea mostrado. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.”
Ez. 40:4
Tratar de poner en palabras lo que he visto, oído y lo que se ha forjado en mi corazón a lo largo de estos dos años es imposible. El deseo de nuestro Señor y Su economía son tan profundos, que se requieren los sesenta y seis libros de la Biblia para darlos a entender. Durante estos dos años de dar todo mi ser para entrar en la verdad he podido ver un atisbo de las profundidades que hay en el corazón de mi Señor. Lo que he recibido no son palabras en blanco y negro, son alimento que me ha nutrido y fortalecido para poder avanzar un poco en la carrera que, como cristianos, corremos hasta el día que veamos al Señor cara a cara.
Venir al Entrenamiento, por mucho tiempo, no fue una opción para mí. Pero, el Señor en Su infinita misericordia fue forjando de una manera normal y gradual el deseo y la fuerza para hacerlo. Estos dos años han estado llenos de experiencias de Él, llenos de muerte, resurrección y ascensión por Su Espíritu en mi espíritu. Sin el Espíritu del Señor en el nuestro, no hay realidad de nada. En medio de lo que estuviese viviendo, pude encontrar el suministro en la gracia del Señor que está en mi espíritu. Al tomar la decisión cada día de ejercitar mi espíritu, he conocido una realidad nueva y comencé a aprender a ser guiada por la unción. Además, pude ver un poco del Cuerpo, aprender a tener comunión constantemente con hermanos con más experiencia y a abrirme a la comunión que, sin duda alguna, es lo que me sostuvo estos dos años.
Tengo la firme certeza de que el Señor está cerca, por lo tanto, no hay otra opción racional más que dar todo mi ser para amarlo cada día, permitirle hacer Su hogar en mi corazón para que pueda ser edificada junto con todos los santos en la novia que Él anhela ver lista para poder regresar. Si vine al Entrenamiento es por esto: para que el deseo de Su corazón pueda ser satisfecho.
.
Paulina Núñez - Tlalnepantla, México
“a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y colmado de gloria”
1 P. 1:8
Ciertamente es un misterio amar a quien no hemos visto, pero un día me encontró el Dios verdadero y lo poco o mucho que me mostró fue suficiente para entregarle no sólo dos años, sino toda mi vida. Cuándo recibí al Señor Jesús, recibí lo más hermoso en todo el universo. El Espíritu vino a mí, haciendo que me sintiera atraída por Cristo, hasta enamorarme de Él de modo que abandoné con gozo lo poco que tenía para ir en pos de Él. Gn. 24:58: "Llamaron, pues, a Rebeca y le dijeron: ¿Irás con este varón? Ella respondió: Sí, iré." Sin esperarlo, un día vino el susurro del Señor y dije: “Sí, iré, no te he visto, no sé la magnitud de lo que es ser salva en Tu vida pero estoy aquí dispuesta a entregarte mis amores”. Conocer Su propósito le ha dado sentido a mi vida, de modo que ya no carece de significado. Ver lo que hay en Su corazón desplazó mis deseos y planes, los cuales no se comparan a la imagen gloriosa que he visto. Durante este tiempo se me ha revelado que toda la Biblia es como un anillo que tiene incrustado una piedra preciosa: Cristo. Él ha sido real, todo lo que yo necesito Él lo es, si yo necesito consuelo, Él es mi Consolador, si yo necesito un Padre, Él lo es y por Su misericordia no ha dejado que desfallezca mi alma. Ahora mi ciudadanía está en los cielos, de donde espero con anhelo que Él vuelva. El Jesús maravilloso, quien está entronizado en los cielos y coronado de gloria y de honra, es la mayor atracción que existe en el universo. Si no tuviéramos una persona tan atractiva, ¿Cómo podríamos dejar de mirar tantas cosas que nos distraen en esta tierra? (He. 12:2, nota 2).
Andrea Pérez - Tlaxcala, México
Estoy muy agradecida con el Señor por haberme traído a este lugar donde he recibido mucha luz y revelación. He podido ver que Él es el Dios soberano, el cual me predestinó desde antes de la fundación del mundo, cuidó e hizo que todas mis circunstancias cooperaran para que pudiera venir y aún, hizo posible que por Su gracia y misericordia terminara estos dos años y sé que Él terminará la obra que ha comenzado en mí. Muchas veces me desanimaba, pero me dí cuenta que no estoy aquí porque yo quiera o porque sea muy capaz, sino por una Persona real, maravillosa y viviente, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí (Gá. 2:20). En estos dos años Él ha ganado mi corazón y puedo decir que yo también le amo, por tal motivo, deseo consagrar no solo estos dos años, sino toda mi vida a Él.
En este tiempo el Señor se ha hecho mucho más real para mí, y el deseo que hay en Su corazón, el cual es Su iglesia, cada día ha llegado a estar más en mi corazón. Él me ha mostrado Su necesidad, Él necesita personas que estén de Su lado para cumplir Su propósito. Algo que me ha impactado es ver que Él, siendo Dios, necesita la cooperación del hombre debido a que actúa mediante el principio de encarnación. Él me mostró que necesito estar abierta y dispuesta a cooperar para que pueda cumplir Su propósito.
Vine al Entrenamiento para adquirir una visión de la economía de Dios y ahora puedo decir que la he visto. Anhelo que toda mi vida pueda ser regida por esta visión y que mi experiencia pueda ser como la del apóstol Pablo en Hechos 26:19: “Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial”. En el Entrenamiento recibimos la verdad más elevada, pero deseo que cada día pueda practicar todo lo que el Señor me ha mostrado. Ahora puedo decir que estos dos años no han sido en vano, porque mi vida ya no está vacía sino que tiene un propósito y una meta: la economía de Dios, que es lo único y más importante en todo el universo.
Laura Pérez - Celaya, México
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”
Mr. 12:30
Este fue el principio más valioso que recibí de mis padres, amar al Señor, pero llegó a ser mi experiencia en este lugar. El centro de Entrenamiento de tiempo completo es el lugar más precioso en el que un joven puede estar, aquí pude experimentar más al Señor, de una manera más cercana y real. Durante estos dos años aprendí que el Señor desea que lo ame con todo mi corazón y con toda mi alma y con todas mis fuerzas, sobre todas las cosas y en cualquier circunstancia.
Experimenté cimas y valles, tuve muchos tiempos de disfrute y gozo, por medio del suministro de las clases, en los tiempos corporativos, en los tiempos personales, en los tiempos de estudio. También experimenté atravesar por valles, pero tengo la certeza de que el Señor tomó cuidado de cada situación durante mi entrenamiento, se infundió en mí como la fe, para verlo a Él, confiar en Él y en Su poder, en lo que Él puede hacer. Lo pude experimentar como mi Pastor, como mi Consolador y como mi fortaleza, lo vi operando y cuidándome a través de los hermanos, de mis compañeras y de mi familia. Durante estos dos años mi amor y aprecio por el Señor, por Su Palabra y por Su obra han sido aumentados. Le doy gracias al Señor por haberme concedido el privilegio de ser entrenada.
Stephani Sandoval- Naucalpan, México
Andrea
Pérez
Laura
Pérez
Stephani
Sandoval
Gabriela Barragán
Sharon Canizales
Daniela Domínguez
Martha
Núñez
Paulina
Núñez
Carolina Saucedo
Elizabeth Serrano
Abdi
Timoteo
“Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Ro. 9:16
¡Su misericordia me trajo aquí! Todo cuanto había hecho era una pérdida, por lo que solo Él podía redimir ese tiempo perdido. Inicié este periodo de la carrera viendo mi escasez, mi necesidad de Él, pero aún esto es demasiado bajo, individualista. Día a día Su suministro constante me permitió ver que la consumación de Su deseo es una entidad corporativa. Así que el entrenamiento proveyó el entorno necesario para mí, bajo Su soberanía, con cada experiencia, con cada una de mis hermanas, sus porciones era lo que necesitaba.
“Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación,” Fil. 1:19, ha llegado a ser mi experiencia, por medio de una situación inesperada para mí, las peticiones de Su Cuerpo y la abundante suministración del Espíritu fueron mi sostén, mi abastecimiento continuo para poder continuar corriendo la carrera, con una meta, ganar a Aquel que es el todo y en todos. No puedo calcular cuánta apertura causó en mí, solo sé, que mi oración es que Él me capacite para abrir todo mi ser a Él.
Tal circunstancia quitó otro velo, permitiéndome ver que mi vida entera debe estar consagrada a Él. Dejándome conocerle como mi Señor y mi amo. Mi responsabilidad es ser llena del Espíritu, disfrutándole, buscando Su sonrisa, y vivir para servirle – es lo que nos muestra Mt. 25, la necesidad de velar y ser fiel, porque el Fiel vive en mi espíritu. Él es mi modelo y determinación para decirle te amo mi Señor, libre no saldré.
Este tiempo mi vida ha sido revolucionada, realmente es una ganga entregar mi mínima parte por la totalidad. “Así que, hermanos, yo mismo no considero haberlo ya asido; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,” Fil. 3:13
Estoy en el proceso de transformación para ser conformada a la imagen del Hijo primogénito de Dios, es nuestro destino trazado en la eternidad.
Todos somos de tiempo completo para el Señor, ésta es la clase de consagración que tenemos.
Lesly Hernández - Cd. Panamá, Panamá
Por Su misericordia el Señor me trajo al Entrenamiento y durante estos dos años lo que me ha mantenido ha sido Su gracia, la gracia, quien es Cristo mismo, aquel que puedo disfrutar en grandes y pequeñas tribulaciones. ¡El Entrenamiento de Tiempo Completo realmente hace la diferencia! Mi concepto era que este tiempo era para mí beneficio personal, pero se me fue revelado que estar aquí es en realidad para el Cuerpo de Cristo.
Agradezco al Señor que aun siendo joven me llamó a esta oportunidad de oro, donde he sido guardada, perfeccionada, para serle útil a mi Amo. Hoy nos encontramos en una era donde está todo perdido, roto y distorsionado, por lo tanto, para mí, el Entrenamiento de tiempo completo es ¨redimir el tiempo porque los días son malos” (Ef. 3:16).
Mi amado Señor me sacó del lugar en el que estaba y me trajo a Cristo, Él estaba viajando a la Nueva Jerusalén pero en Su camino se desvió por mí, para rescatarme y llevarme junto con Él, ya pagó un precio por mí, así que ya no me pertenezco ¡le pertenezco a Él!, “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o qué muramos, del Señor somos”. (Ro. 14:8) ¡Soy del Señor! ¡Oh qué inefable gozo! (Himnos, #184, estrofa 1). Yo soy de mi Amado y Él mi amado es (Himnos, #94, estrofa 2).
Estos cuatro semestres han marcado un antes y un después en mi vida de iglesia y también en mi vida personal, ahora solo debo cooperar con el Señor, al renovar mi consagración cada día y nunca graduarme de comer, beber y respirar y sobre todo vivir atenta a Él.
Vianney González - Cd. Valles, México
El llamado que Él me hizo hace dos años, no fue sencillo de responder. Mi vida estaba sumergida en un cúmulo de planes, no estimaba el Entrenamiento como algo que ameritaba pagar tal precio. Pero en Su misericordia, una pequeña apertura en mi ser, fue lo único que Él necesitó de mi parte y el resto lo hizo Él. Pareciera que me había quedado sin nada, pero en realidad estaba comenzando a ganarlo todo.
El recibir tal bendición de que mis ojos fueran abiertos para Él, ahora constituye la mejor decisión y la mejor experiencia de mi vida.
Cuando se nos aparece el Dios de gloria somos cautivados y solo podemos amarle, pero una vez que somos introducidos en la esfera de amor; el Señor tiene que seguir alumbrando los ojos de nuestro corazón para ver la visión, y no nos muestra quién es Él solamente, también nos da a conocer lo que hay en Su corazón. En Su corazón está la iglesia, Su novia. El romance divino dejó de ser una experiencia únicamente personal y ha comenzado a ser corporativa, no sólo se trata del Señor y yo; se trata de Cristo y la iglesia.
Dos años mirando a cara descubierta a la persona más excelente, maravillosa y amorosa me han bastado para entregarle mi vida y todo mi ser. Aprendí a amarle cuando aún mi ánimo no era el mejor, aprendí a orar en medio de las actividades cotidianas para depender de la verdadera fuente de vida, aprendí que sin comunión la vida no fluye y que Su sangre es suficiente en el fracaso. Aprendí que abrirme al Cuerpo es una manera de recibir luz. Aprendí que Dios es vida, la verdadera vida.
Ahora vivo con propósito, el propósito que había estado escondido desde los siglos en Dios pero que ahora ha sido dado a conocer… en el espíritu.
“Vuelve tus ojos a Jesús, / Mira fijamente Su maravillosa faz, / Y lo terrenal se volverá extrañamente opaco, / A la luz de Su gracia y gloria” Hymns, #645. Traducción provisional.
“Por tanto nos empeñamos también, sea en este domicilio o fuera de él, en conseguir el honor de serle agradables”. 2 Co. 5:9
Elizabeth Becerra - Coacalco, México
Lesly Hernández
Vianney González
Elizabeth Becerra
Marlon Banegas
Jacqueline Castro
Daniel De Los Ríos
Nusly
Mejía
Daniel Guevara
Elba
Morán
Jaqueline Ponce
Antes de venir al entrenamiento tenía muchos caminos por recorrer, muchas metas por alcanzar, pero Dios no estaba en mis planes, durante mi primer semestre nada cambió, pero a medida que iban pasando los semestre en el entrenamiento, mientras me sumergía en la palabra, mientras más oraba, más permanencia en la presencia de Dios, mi espíritu se mezclaba con Espíritu del Señor.
Recuerdo que muchos entrenantes mencionaban su experiencia acerca de sus dos años de entrenamiento y expresaban que al venir al entrenamiento era un centro de enamoramiento del Señor, ahora puedo testificar que es así, muchas veces no quería ejercitar mi espíritu, pero al ver a mis co-entrenantes que se ejercitaban, provocó que me ejercitara y era levantado solo con el invocar el nombre del Señor y amará más al Señor.
El Señor Jesús ha mostrado que solo debo tomar un solo camino, y el camino que debo tomar, es negarme a mí mismo y abrazar la cruz del Señor Jesus; al principio fue una lucha constante, mi alma deseando hacer las cosas que a ella le parecía correcto, pero cada día tuve la oportunidad de tomar la cruz y sigo aprendiendo a negar la vida de mi alma, este principio lo vi vemos en Mt. 16:24.
Venir al entrenamiento es una oportunidad única, cada día ganamos una pepita de oro, ganamos más Cristo y Cristo gana más de nosotros.
En muchas ocasiones Satanás me lanzaba dardos en mi mente y me ponía en contra de mis hermanos, sentía que todo estaba en contra de mi, pero el Señor prepara y usa nuestro entorno, para que nuestro corazón se vuelva al Señor y el velo sea quitado.
En mi último semestre mi libro favorito fue Salmos, cada vez que entraba en este libro maravilloso, mi corazón era quebrantado y consolado, en cada Salmo que leía Dios me abraza veía que Su benevolencia amora es ilimitada y mi corazón se mantenía firme y así me concede de Su gracia, sin darme cuenta Él estaba operando desde mi interior para sacar todo la basura que está en mi corazón.
Ahora tengo la certeza que El Señor me enseñará el camino que he de tomar, me aconsejara y Sus ojos están puestos sobre mi.
Marlon Banegas—San Pedro Sula, Honduras
Hallé Aquel que es sin igual
Me llena el corazón;
Por eso tengo que cantar,
¡Qué Cristo tengo yo!
Agradezco al Señor que me apartó desde el vientre de mi madre, para ser perfeccionada. Venir al entrenamiento fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Buscaba consuelo y refugio y nunca me imaginé que el Entrenamiento fuera mi salvación, mientras pasaban los días me daba cuenta de la necesidad de amar a mi Señor. Aquí aprendí a hallar a mi Amado; en cada clase, en cada tiempo de estudio, en los tiempos de oración, me enamoraba más y más de Él.
Vine a conocer quién es Él, pero no solo lo conocí a Él, sino que también me conocí, me di cuenta que mi vana manera de vivir no le es útil para edificar Su Cuerpo, así que me dio situaciones para experimentar el quebrantamiento de mi yo, pero en medio de cada experiencia suministraba Su gracia y Su amor. Hechos 20:24 “Pero de ninguna manera estimo mi vida como preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera, y el ministerio que recibí del Señor Jesús para dar solemne testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. No vine a buscar algo que no fuera al Señor mismo, vine a ser entrenada para ganar a Cristo y dar testimonio a toda hueste celeste de que hay un único Dios.
Me ofrecí voluntariamente al Señor por causa de Su mover, y cada día Él me mostraba Su necesidad, así que me aferraba a Él para seguir corriendo esta carrera, aunque Satanás intentó distraerme de muchas maneras, aprendí a acudir al Cuerpo, porque Satanás le teme al Cuerpo.
Anhelo que todo lo que recibí de parte del Señor no se quede en el Entrenamiento, sino que sea real en mí para el resto de mi vida.
Jacqueline Castro—Coacalco, México
Lo que considero más valioso en estos dos años en el entrenamiento es haber conocido el camino de la comunión. He sido muy bendecido al entrar en este camino en donde puedo disfrutar del fluir de la vida en cada hermano. “La comunión mi espíritu ama” (Himnos, #362). También he visto modelos en la vida de hermanos que nos comparten la rica palabra de Dios lo cual ha puesto un deseo en mi interior de imitar su fe como dice He. 13:7 “Acordaos de vuestros guías, que os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imitad su fe”.
Se me ha presentado y aclarado semana tras semana una visión en cuanto a la economía de Dios. Esto es un tesoro invaluable que anhelo guardar toda mi vida. Ahora al leer la Biblia tengo una visión que me regula y me dirige.
Al venir aquí tenía el deseo de ser perfeccionado por causa de la iglesia y pensé que aprendería a hacer las cosas de una mejor manera. Pero me he dado cuenta que mi mayor problema no es el hacer sino yo mismo. A través del entorno Dios desea consumir lo que soy para que lo más puro de mi ser, mi espíritu, sea liberado. Solo así Él puede hacer de mí la persona que necesita para Su iglesia. Todo lo que me sucede es para lograr este fin. La visión me ha ayudado a entender esto y dar gracias al Señor y aun amarlo por el entorno que me prepara cada día para ver que debo ser terminado y cuanto le necesito.
En mis días ordinarios, ahora sé que, aunque pareciera que nada está sucediendo, Él se está impartiendo, haciéndome igual a Él a través de todas las cosas. Puedo descansar de este hecho y venir a Él a simplemente amarlo y disfrutarlo.
Daniel De Los Ríos– Arraiján, Panamá
“Yo sé que todo lo que Dios hace, será para siempre; no hay nada que añadir, ni nada que quitar. Dios lo ha hecho así…” Eclesiastés 3:14
El hecho de contemplar el Entrenamiento de Tiempo Completo personalmente fue una experiencia prodigiosa; ir en pos del Señor se convirtió en una travesía que incluyó muchas experiencias espirituales que sin duda han quedado muy grabadas en mi corazón.
Indudablemente el venir aquí ha sido la decisión más sensata que he tomado en lo que va de mi vida y la que más peso tendrá sin duda alguna; y sé que será una experiencia para la eternidad. El Señor en Su misericordia me trajo aquí, su tercer y cuarta misericordia me alcanzó, y es inimaginable pensar que dentro de millones de personas, Sus ojos fueron puestos en mí, una persona con muchos deficiencias, carencias, flaquezas y fracasos, pero fue ahí cuando estaba en el punto de mi vida donde pensé que no le podía servir, Él se inclinó a mí, oyó mi clamor, y me llamó desde la fosa más profunda, y sin dudarlo tanto, respondí a lo que Él me mandaba, aun con miedo de lo que podía ser consagrar mi vida, proseguí, aparte mi mirada de todas las cosas a mi alrededor y los puse solamente en El (He 12:2).
Fue un tiempo donde mi Fe referente a Dios aumentó, donde también pude imitar la fe de mis antepasados, donde el Dios de gloria se apareció a mí en todo momento y me bendijo con Su gracia, presencia, pastoreo y amor, fue por estas experiencias que supe que yo vivía por causa de Él, y fue así que puse a un lado todo lo que yo deseaba hacer con mi vida, y comencé a hacer Su voluntad, aprendiendo a ser un instrumento útil para Su recobro.
El asistir al Entrenamiento no fue para mi superación personal, ahora queda muy claro que fue para complacer el deseo del corazón de Aquel que ama mi alma.
Nusly Mejía—San Nicolás, Honduras
Quiero comenzar este testimonio con la palabra que me dijo mi mamá cuando estaba más joven, aún estando en el catolicismo. Me contó que cuando nací, ella me consagró al Señor con el fin de ser un sacerdote dentro del catolicismo, y hermanos lo soy, pero no en esa esfera, sino que hizo de nosotros un reino, sacerdotes para su Dios y Padre;... Esa oración estuvo alineada con la voluntad de Dios, ahora doy gracias al Señor que estoy aquí, siendo perfeccionado.
Los hermanos en la iglesia en Puebla me vieron crecer desde que tenía 16 años me recibieron y me cuidaron en las reuniones, eso me preservó para que yo prevaleciera en la vida de iglesia un día en una conferencia viendo a los entrenantes cantando camino a la presentación, una hermana de edad mediana me preguntó y me dijo: " ¿A ti no te gustaría ir al entrenamiento de tiempo completo?" Lo cuál mi respuesta inmediata fue un “sí”, desde ese entonces tuve presente el Entrenamiento de tiempo completo en México, al culminar la universidad el Señor por medio del pastoreo de algunos hermanos el Señor me preservó y no me llevó a desanimarme, si no a proseguir a ir en pos del Señor y Su voluntad ahora durante mi primer semestre el Señor me abrió los ojos en cuanto a ver el Cuerpo de Cristo y al ver la función de cada uno de los miembros de este Cuerpo.
Durante el segundo semestre el Señor me mostró que Su Cuerpo tiene que ser edificado y para ello debemos funcionar como lo vi en mi primer semestre, pero para ser edificados no solo basta con nuestra función, sino que necesitamos ser tratados en todo lo natural que soy, para ser un miembro edificable, así que me mostró y me dijo: nada natural me sirve de ti, yo necesito ser forjado en ti. Durante mi tercer semestre me mostró que no debo anhelar la función de otros miembros al sobre funcionar o reemplazar su función. Ahora durante este tiempo y último semestre, veo que sin el cuidado de cada uno de ustedes, yo no estaría aquí, sin sus oraciones y pastoreo, así que aprecio su cuidado en este tiempo de cada uno de ustedes. También aprendí durante este tiempo el tener comunión y compenetración con ustedes, eso me llevó a apreciar más la vida de la iglesia.
Dios tiene un deseo en Su corazón y aunque parece ser muy repetitivo es algo muy crucial, porque el Señor ha dispuesto las circunstancias, el entorno, la familia en la cual nacimos para que Él me santificará y me llamara para venir a ser perfeccionado y así conocer lo que hay en Su corazón. Sé que el camino sigue para conocerlo por el resto de mi vida y así continuaré buscando al Señor de esta manera.
Daniel Guevara—Puebla, México
Por la misericordia de Dios vine al entrenamiento de tiempo completo en México. Considero que el hecho de ser entrenada y equipada para poder ser llena de las inescrutables riquezas de nuestro Dios Triuno, es una oportunidad única y de naturaleza divina y mística en todo el universo. Pero esto no es para mi propio beneficio, sino para Su beneficio y Su deseo de que Su Cuerpo sea edificado.
En el entrenamiento he llevado una vida y un vivir corporativo, en donde estoy aprendiendo a coordinar con otros, para poder servir en unanimidad. Además me he dado cuenta que en el vivir corporativo, en algún momento yo me he convertido en la cruz de otros, pero otros también se han convertido en mi cruz, finalmente el Señor muestra que es Él quien permite estas circunstancias, para que aprenda a verlo a Él, pues es necesario que el Señor nos pase por diferentes tratos, porque lo que ganamos y lo que Él nos deja ver aquí, es la revelación más elevada y única en el universo, a saber la economía de Dios. Por Él y Su economía vale la pena consagrar una o mil vidas si las tuviéramos, no sólo por dos años, sino por el resto de nuestra vida.
También he experimentado que cuanto más dispuesta esté a negar mi yo, aplicar la cruz y ejercitarme en mi espíritu, más terreno tiene Él para edificarse en mí, así que debo permanecer como un vaso abierto para que se cumpla Gálatas 4:19 que Cristo sea formado en mí. Además en estos dos años el Señor me ha pastoreado, por medio de la función de cada miembro de Su Cuerpo, porque sin darme cuenta y sin conocer a muchos hermanos, ellos a través de sus oraciones, y de muchas maneras prácticas, me han suministrado la abundancia del Espíritu de Jesucristo.
Finalmente El entrenamiento ha sido un tiempo especial, en el que he conocido un poco más a mi Señor y donde Su luz ha resplandecido de manera intensificada, dejándome ver que soy nada y que Él lo es todo y que nada se compara con el hecho de ser entrenada en el entrenamiento de Aquel que con gozo dio Su vida por nosotros en una cruz.
Elba Morán—Santa Ana, El Salvador
Romanos 10:20 dice: "E Isaías es muy osado y dice: Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por Mí”. Durante muchos años de mi vida, me guié por mis propios caminos, tomé decisiones sin consultar a Dios. No buscaba Su presencia ni preguntaba por Él. A pesar de eso, el Señor me mostró Su amor, gracia, misericordia y cuidado en cada paso y etapa de mi vida. Incluso en momentos en los que avergonzado, me alejé de Él.
Es evidente que gracias al cuidado que Dios brindó a través de mis padres, quienes me enseñaron acerca del Señor desde mi infancia, y por su infinita misericordia, llegué al Entrenamiento de Tiempo Completo en México.
Nunca asistí a ninguna escuela de verdad, conferencia o supe de la existencia de dicho entrenamiento. El Señor se vio en la necesidad de atraerme hacia Él para mostrar la vaciedad del mundo en el que me encontraba, y que volteara mi mirada hacia Él y hacia lo que hay en Su corazón. Di dos años de mi vida, los cuales ahora sé que no son solo dos años, sino el resto de mi vida, para seguirle a Él. Pensaba que fue mi decisión, pero ahora comprendo que es por Su misericordia que llegué al entrenamiento, y por la misma que lo culmina, y es lo mejor que el Señor pudo darme: la oportunidad de conocerlo, amarlo, ser constituido con las verdades divinas y reconocer la urgente necesidad de cumplir Su economía. ¡Qué economía tan maravillosa!
Los beneficios que obtuve en estos dos años espero que sean para mi vida y la de mi familia, pero aún más deseo que sean de beneficio para la iglesia. Aunque me considero el más pequeño de todos los santos, quizás el menos capacitado, la gracia me ha sido concedida para proclamar las inescrutables riquezas de Cristo. Simplemente estaré eternamente agradecido con el Señor por tan maravillosa bendición.
Israel León—Cancún, México
El Señor tuvo misericordia de mí, me permitió venir a este lugar. Romanos 9:16 dice: “Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. Este versículo se hizo real a mí en este tiempo de Entrenamiento. Al igual que 1 Corintios 15:10 que dice: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia para conmigo no ha sido en vano...” Él se convirtió en todo lo que necesitaba, cada día me suministro de Su rica y abundante gracia.
He tenido días en que ciertas situaciones me han desanimado, pero el Entrenamiento me ha enseñado que puedo tornar esas circunstancias en experiencias que le permitan al Señor cumplir Su propósito de avanzar día tras día. Ciertamente el Señor ha ganado en mí y he ganado de Él, de manera que ya no soy la misma de hace dos años. En mi vivir diario Él se me ha aparecido de manera que he sido fortalecida. Cada día El me atrae, Él es lo más precioso y lo más hermoso, cada día Su dulce y tierna voz me dice que me ama.
Que misericordia ver al Dios que se esconde, Él ha estado obrando detrás de la escena de manera misteriosa, yo lo único que puedo hacer es abrir todo mi ser a Él y amarlo locamente. Él me recuerda que soy un Dios-hombre que se está mezclando con Él, en cada circunstancia, y en cada arreglo que Él ha dispuesto.
Jaqueline Ponce—Tegucigalpa, Honduras
Israel
León
Ruth Chávez
Miguel González
Jairo Guzmán
Brandon Navarro
Sergio Plascencia
Fernando Rodríguez
Génesis Santillán
Efesios 4:13 “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”
Antes de ir al Entrenamiento de Tiempo Completo me di cuenta que amaba al Señor pero no sabía cómo seguirlo, servirle y seguir creciendo espiritualmente. Ciertamente esta vida nueva que entró en mí, tiene nuevas necesidades mientras va creciendo. Esa nueva necesidad me guió a ser entrenada en este precioso lugar. Ahora he comprobado que el ser adiestrado por dos años en el entendimiento de las Verdades bíblicas hace la diferencia.
En este lugar he tenido tantas experiencias con el Señor, que quizá estando fuera hubiera tardado más tiempo en experimentar. Me he dado cuenta, con cada clase, con cada servicio lo carente que estaba de Cristo. Aquí somos expuestos bajo la luz constantemente, por lo que es muy fácil darse cuenta de la condición en la que estamos.
Alabo al Señor por traerme a este lugar donde fui expuesta a Su luz y ahora me doy cuenta que no estoy sola en esta carrera, si no que hay hermanos y hermanas corriendo para lograr el deseo del corazón de Dios. Disfruto Efesios 4:13 “Hasta que todos lleguemos…” ciertamente el Señor no busca vencedores individuales sino un hombre corporativo que le exprese en vida y naturaleza.
Ruth Chávez—Monclova, México
El Señor no obra de la misma manera en todos, no fue mi porción ser cuidado desde niño ni durante la universidad para llegar hasta aquí. Cuando mi familia comenzó a reunirse y los hermanos hablaban del Entrenamiento, había un sentimiento de resistencia que crecía en mí, porque al alma no le gusta que le digan qué hacer y porque estaba lleno de conceptos. Ahora veo que me hacía falta comprender el propósito del Entrenamiento. Pasaron años desde que mi familia abrió su hogar y poco a poco el Señor se abrió paso en mi vida. Llegué por una semana con una frase en mi mente: “A ver si es cierto lo que dicen de este lugar”.
Desde el primer día el Señor no dejó de resplandecer sobre mí, mostrándome Su maravillosa persona, Su economía, Su amor y Su intención al llegar a mi vida… Esa primera semana se convirtió en dos años. Hoy puedo decir lo mismo que Job en 42:5 “De oídas había oído de Ti, mas ahora mis ojos te han visto”. Al verle, le gané. Conocí mi persona, cuán caído soy y cuánto me oponía a que Él avanzara en mí. Entendí que toda nuestra vida es un entrenamiento, pero venir a este Entrenamiento sienta las bases para el resto de nuestra vida ¡Cuán agradecido estoy de que el Señor tenía guardada esta porción para mí!
Al igual que el Señor Jesús, somos una mezcla de humanidad y divinidad. Ésta ha sido mi experiencia durante el Entrenamiento: enamorarme de Él, conocer a mi Amado, Su pensar, Su sentir y Su deseo a través de desarrollar una relación íntima con Él; empezar a experimentar lo que implica ser uno con Él, que Su divinidad sea expresada a través de la humanidad, ser Su continuación.
Eclesiastés 3:11 dice que hay eternidad en nuestros corazones, lo que implica que Dios ha puesto en nosotros el deseo por algo eterno que ni lo material ni el conocimiento podrá satisfacer. Cuando me hablaban del Entrenamiento en realidad era el Señor quien me estaba invitando a venir a conocerlo. Mi Cristo es el Eterno, y hoy testifico que lo amo y que Él completa mi ser.
Miguel González—Cadereyta, México
En estos dos años en el Entrenamiento de Tiempo Completo he recibido la rica y abundante suministración del Espíritu de Jesucristo (Fil.1:19). Este tiempo ha sido de mucha gracia y gloria. Cada clase, cada tiempo de estudio de la Palabra, cada comunión ha sido de mucha ganancia y bendición. El Entrenamiento es una cascada divina de riquezas inagotables; hay tanto suministro que mi deseo era atraparlo todo, pero no pude. Sin embargo, el Señor ha logrado depositar el Espíritu sin medida en mí, cada día, durante estos dos años.
Para mí, estar en el Entrenamiento ha sido una gran oportunidad, sé que aunque no me merezco nada, el Señor me ha concedido este tiempo glorioso. De lo más vil y menospreciado el Señor es capaz de hacer un vaso para Su utilidad. He experimentado subir al aposento alto, para encontrarme cara a cara con mi amado Señor, Él me ha metido en Sus cámaras (Cnt. 1:4), lo he visto, lo he encontrado y ha puesto Sus sentimientos tiernos en mi corazón.
Al estar a solas, en lo secreto con mi amado Señor, también he sido puesto al descubierto por la luz divina. En este lugar hay tanta luz que no es posible esconderse al escudriñar del Espíritu. Ahora puedo ver cuán natural, vacío, viejo, individualista soy cuando estoy en mi mismo, en mi carne, en mi yo, en mi mente no renovada y no en el espíritu mezclado (1 Co. 6:17). El alfarero ha comenzado la obra de moldearme a la imagen de Su Hijo (Ro. 8:29). Cada trato externo e interno que he tenido, ha generado una ganancia incalculable para toda la vida.
Cada semestre que ha pasado me he dado cuenta que lo que el Señor ha depositado, dispensado, inyectado en cada fibra de mis partes internas, en estos dos años, han sido los cimientos para el resto de mi vida. Debido que los siete ojos del Cordero han ardido en estos dos años, estoy dispuesto a pagar el precio para seguirle a donde Él quiera llevarme. Sin el Señor mi vida y el Entrenamiento no tendrían significado. Puedo decir que ha valido la pena, esto ha sido inigualable e incomparable. Todas las cosas han cooperado para bien (Ro. 8:28). Ahora puedo decir, el Entrenamiento hace la diferencia.
Jairo Guzmán—San Pedro Sula, Honduras
Antes de llegar a esta maravillosa atmósfera, tuve la oportunidad de crecer rodeado de la vida de iglesia, y cuando fui salvo, de participar de Escuelas de la Verdad, Entrenamientos para Jóvenes Universitarios y otros eventos. Creía que conocía a Dios, pero al llegar al Entrena-miento me di cuenta que no lo conocía en lo absoluto, y por no conocerlo no lo amaba como Él lo merece.
2 Corintios 5:14-15 lee: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, habiendo juzgado así: que uno murió por todos, por consiguiente todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió por ellos y resucito”.
Él me ha amado y me sigue amando a pesar de todos mis defectos y faltas. ¡Cómo yo no he de amarlo! Pero el hecho de que yo lo ame no es por mí, sino por Su gracia. Es por medio de Su gracia que he creído en el Señor, y es también por Su gracia que yo puedo amarlo.
En este magnífico lugar he tenido la oportunidad de ser constreñido por Él y de disfrutarlo como la gracia más rica en cada uno de los tiempos y experiencias. Estoy tan agradecido con el Señor por darme la oportunidad de conocerle, experimentarle, disfrutarle y amarle. Hoy puedo decir que conozco más a mi Señor, y que lo amo más.
Consagrarme para amar al Señor es la manera de continuar. Ningún otro camino es tan eficaz, tan seguro, tan rico y tan placentero como éste.
Romanos 11:36 “Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén”.
Brandon Navarro—Guadalupe, México
“Además de ser nutridos por Cristo, Él nos cuida con ternura. Así como una madre cuida tier-namente a su niño al acogerlo en su regazo, el Señor Jesús nos cuida tiernamente al mantenernos cerca de Él. El Señor nos acoge afectuosamente y nos hace receptivos a medida que disfrutamos de Su ternura, Su dulzura y Su cariño. ¡Cuán tierno, dulce y cálido es el Señor Jesús!” (La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 76).
Durante estos dos años de Entrenamiento pude experimentar al Cristo que cuida de una manera tierna, dulce y amorosa, pues a pesar de las experiencias adquiridas en estos dos años, tan-to positivas como negativas, siempre estuvo cuidando de mí. Por otro lado, yo necesitaba acudir a Él y estar cerca de Él, negarme a mí mismo a fin de que el Señor me pudiera nutrir en medio de cada situación.
Disfrutar de la presencia del Señor, y permanecer ahí, no era algo constante en mi vida de iglesia, pero el Entrenamiento me ha provisto de tiempos en los cuales pude disfrutar de Su presencia, por lo que mi anhelo es acercarme a Él, permanecer en Él y seguir buscando Su presencia día con día. Él siempre ha estado ahí esperando por mí, pero solo necesito volverme a Él y ejercitar mi espíritu para contemplarlo primero a Él antes que cualquier situación.
Por lo que mi oración continua es la estrofa 3 de Himnos #178:
“Ya no quiero liberarme
De mi diario aguijón;
Tras del velo hallo gracia
En el rostro del Señor.”
Sergio Plascencia—Zapopan, México
En este lugar tan precioso no hay oportunidad de ver atrás. Cuando el Señor nos llama es nuestra oportunidad de responder. Por la misericordia del Señor me trajo al Entrenamiento de Tiempo Completo. Desde mi primer día consideré delante del Señor muy seriamente esta decisión, aunque no conocía nada acerca de las actividades del Entrenamiento, le pedí al Señor que me mantuviera abierto a Su ayuda, a ser regulado.
Pasaron los días y eso solo fue como cualquier otra promesa; cuestionaba todo lo que pasaba y todo lo que me decían. Me di cuenta que no estaba abierto. Pero un día el Señor me habló directa y personalmente en una de las clases. Conocí que Dios solamente quiere que le con-ceda mi permiso, darle mi consentimiento voluntariamente cada día. Eso cambió mi perspectiva acerca del Entrenamiento.
Cuando venían las regulaciones o el ajuste, me molestaba, pero recordaba el voto que hacía delante del Señor cada mañana. Cuando consideraba las experiencias que había ganado cada semestre, agradecía al Señor por honrar mi consagración y mi voto. Avanzaron los semestres y sentía que poco a poco estaba siendo sumergido en el Entrenamiento. No hay duda que este lugar es para equiparnos en la Verdad y ser constituidos de la Santas Escrituras, pero también nos brinda un entorno, una atmósfera y un ambiente para poder experimentar los puntos de la Verdad que hemos ganado.
No hay otro lugar en la tierra donde yo pueda ser ajustado, ser regulado y ser ayudado para poder crecer en vida, por eso agradezco al Señor por sacarme del entorno donde me encontraba, de mis comodidades, de mis aspiraciones y de mis metas. Él me trajo al Entrenamiento para conocer Su intención, Su deseo, y para que ya no haya más de mis intereses, solamente el interés más importante del universo, a saber, Su economía.
Culmino esta etapa, dos años maravillosos, pero mi entrenamiento no termina, prosigo a la meta con una visión. La visión que he recibido en el Entrenamiento, cuya visión gobernó al apóstol Pablo, esa visión es la que debe gobernarme por el resto de mi vida. Sin importar el lugar donde el Señor me envíe, es ahí donde edificaré con Cristo la iglesia, practicando lo que he aprendido.
Fernando Rodríguez—San Pedro Sula, Honduras
Isaías 6:5b “Mas han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”.
Cuando Isaías observó la situación que imperaba entre los hijos de Israel, él se desilusionó. Fue entonces que el Señor lo llevó a ver una visión que le permitiera contemplar al Señor de gloria sentado en el trono. Era como si el Señor le dijera a Isaías: “No mires hacia abajo para considerar la situación. Si miras hacia abajo, te desilusionarás. Mira hacia arriba para verme a Mí. Yo continúo aquí. Tal vez allá no haya nada bueno, pero todo lo bueno está aquí. Yo soy lo único bueno en el universo. Mírame a Mí”. (Estudio-vida de Isaías, Mensaje 6)
Con este versículo podría resumir mi tiempo en el Entrenamiento de Tiempo Completo, éste es un lugar lleno de luz, y es por esta luz que el Señor me mostró mi condición y mi carencia. Cuánto más vemos al Señor, más vemos lo que somos. Es ahí donde me di cuenta que no hay nada bueno en mi y que estoy muy carente. Pero he aprendido que solo debo permanecer viéndolo a Él. ¡Alabo a mi Señor, porque Él es el único bueno, perfecto y excelente en el universo!
En este tiempo de entrenamiento el Señor me permitió conocerle, disfrutarle, asimilarlo, hacerlo mi experiencia y aunque había momentos en los que el Señor se escondía o simplemente no lo sentía, aprendí que no depende de mi estado de ánimo, de mis sentimientos o mis emociones. El Señor siempre esta ahí, Él es tan accesible y está tan disponible a nosotros, Él solo está a un “¡OH SEÑOR JESÚS!” de distancia.
El venir al Entrenamiento de Tiempo Completo ha sido la mejor elección que pude haber tomado, ya que en este lugar, el Señor prepara a Sus vencedores. ¡Qué ganga tu parte entregar por la totalidad!
Génesis Santillán—Lerdo, México
Generación
2022-1
Generación
2022-1
Graduados
Testimonios del Entrenamiento de Tiempo Completo en México
Esta es una lista de algunos aspectos de las experiencias de los entrenantes y sus testimonios: